Todos
a una
Es
la primera vez en la historia que empiezan a ser realidad real y habitual los frecuentes
actos concretos en toda la aldea global debido a la unidad de los cristianos de
todo el mundo y, a su vez, cogidos de la mano, también cooperan de hecho con
los demás hombres y mujeres de buena voluntad pertenecientes a cualquier
religión, para sacar este mundo adelante.
Se publica el 27-VIII-2020 un Documento conjunto
del Consejo mundial de las Iglesias (CMI) y el Pontificio Consejo del
diálogo interreligioso
titulado “Servir a un mundo herido” para que todas las iglesias y
organizaciones cristianas reflexionen sobre la importancia de la solidaridad
interreligiosa en un mundo herido por la pandemia COVID-19.
La publicación también está
diseñada para ser útil a los practicantes de otras religiones, que ya han
respondido a COVID-19 con pensamientos similares basados en sus propias
tradiciones.
Este documento es el último en ser
coproducido por el CMI y el Consejo Pontificio para el Diálogo Interreligioso
después de la publicación de «Educación
para la paz en un mundo multirreligioso»: Una perspectiva cristiana"
en mayo de 2019.
Sobre la pandemia y el futuro una
vez desaparecido el covid-19 o por lo menos controlado, maniatado y
aprisionado, el Papa Francisco dedica unas cuantas catequesis de los miércoles,
llamadas Audiencias Generales, que suelen ser en la plaza de san Pedro
abarrotada de gente, a reventar, que desde marzo se han anulado presencialmente
y se reanudarán con gente pero en el patio de san Dámaso, un “local” al aire
libre , no muy grande y manteniendo las medidas sanitarias exigidas con las
mascarillas y las distancias de seguridad para evitar contagios.
Francisco aprovechando la realidad
del virus pandémico que debe tratarse con terapia médica y farmacéutica,
comenta la realidad real innegable de otros virus que corretean por el planeta
y causan estragos en la aldea global, aunque no son materiales ni somáticos,
sino espirituales y psíquicos. No es solo una infección cancerígena que
devendrá en metástasis (a este paso) en la sociedad civil, en el mundo; con
sinceridad y humildad habrá que enfocar hacia la misma Iglesia católica y
romana, especialmente por el clericalismo que lo ha destartalado todo y ha dejado
el Evangelio como un libro archivado en las bibliotecas.
El
5 de agosto empezó las catequesis “pandémicas” tituladas “curar el mundo” y en
ella dijo que “un nuevo encuentro con el Evangelio de la
fe, de la esperanza y del amor nos invita a asumir un espíritu creativo y
renovado. De esta manera, seremos capaces de transformar las raíces de nuestras
enfermedades físicas, espirituales y sociales. Podremos sanar en profundidad
las estructuras injustas y sus prácticas destructivas que nos separan los unos
de los otros, amenazando la familia humana y nuestro planeta”.
(…) “La Iglesia,
aunque administre la gracia sanadora de Cristo mediante los Sacramentos, y
aunque proporcione servicios sanitarios en los rincones más remotos del
planeta, no es experta en la prevención o en el cuidado de la pandemia. Y
tampoco da indicaciones socio-políticas específicas (cfr. S. Pablo VI, Cart.
ap.Octogesima
adveniens, 14 de mayo 1971, 4). Esta es tarea de los dirigentes
políticos y sociales. Sin embargo, a lo largo de los siglos, y a la luz del
Evangelio, la Iglesia ha desarrollado algunos principios sociales que son
fundamentales (cfr Compendio de la
Doctrina Social de la Iglesia, 160-208), principios que
pueden ayudarnos a ir adelante, para preparar el futuro que necesitamos.
La 2ª trató sobre “fe y dignidad humana”. La 3ª sobre “la opción
preferencial por los pobres y la virtud de la caridad”. La 4ª
versa sobre “ El destino universal de los bienes y la virtud de la esperanza”.
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