El África blanca
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El conocimiento de las religiones originales de los pueblos africanos es una tarea muy ardua para la investigación científica por lo inmenso del continente y las multitud de pueblos o tribus que habitan. Hoy día el 90% de los países africanos se consideran a sí mismos o bien cristianos o bien musulmanes mientras que el empezar el siglo XX sólo eran un 25% de la población africana.
Generalidades africanas
El planeta Tierra es morada para todos los hombres y la obra redentora de Dios también es universal, para todos, lo cual incluye a tod@s y cada un@ de l@s african@s.
El 25 de mayo es el "Día de África" conmemorando la fundación de la Organización de la Unidad Africana, OUA. Manos Unidas recuerda un informe del Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) que señala que de los últimos 50 países con el Índice de Desarrollo más bajo, 40 son africanos. Cerca de 936 millones de personas viven en África, de ellas, 315 millones lo hacen en la pobreza a pesar de las enormes riquezas del continente. 460 millones tienen dificultades para alimentarse, 50 millones pasan hambre crónica. 300 millones, en su mayoría habitantes de zonas rurales, no tienen acceso al agua potable, 313 millones, carecen de servicios básicos de saneamiento. Más de 200.000 niños son utilizados como soldados, esclavos domésticos o dedicados a la prostitución. Más de 78 millones de niños están sin escolarizar, la mayor parte, son niñas.
En África subsahariana hay 28 millones y medio de infectados por el VIH, de los que el 60 por ciento son mujeres. Sólo en dos conflictos: Sudán–Darfur y República Democrática del Congo, se han producido de una u otra manera, 7 millones de víctimas.
El cristianismo lleva por doquier la Verdad trascendental revelada y que tiene que ser también oída en África, injertada así al buen olivo. “La Iglesia –recuerda el Vaticano II- no puede olvidar que ha recibido la Revelación del Antiguo Testamento por medio de aquel pueblo con quien Dios, por su inefable misericordia, se dignó establecer la Antigua Alianza, ni puede olvidar que se nutre de la raíz del buen olivo, en que se han injertado las ramas del olivo silvestre que son los gentiles” (Nostra aetate, 4).
Cuando en el Imperio romano las religiones no cristianas quedaron aisladas en medios rurales, los cristianos llamaron “paganos” a los habitantes de aldeas, en vez de “gentiles” o “gentes” pues, desde la época monárquica del Imperio romano, pagus o pagi representaba una extensión de territorio rural. Con frecuencia, se aplica la palabra "paganismo" a las religiones politeístas, animistas, fetichistas, etc., aplicándose menos a las monoteístas que no tienen idolatría.
Las religiones africanas son religiones primitivas animistas que ponen en primer plano el culto a los antepasados y parece que los que las practican están cerca del cristianismo. Esa veneración a los antepasados es como una preparación para recibir la plenitud cristiana que vive la Comunión de los Santos, por lo que no hay nada de extraño que los animistas se conviertan con cierta facilidad en seguidores de Cristo, oponiendo menos resistencia que los representantes de las grandes religiones del Extremo Oriente.
Hasta el cristianismo y el Islam no hubo -tampoco en África- religión alguna de ámbito universal sino más bien sistemas religiosos originales o locales que han ido sufriendo cierto desarrollo pero, ante tanta variedad, es difícil encontrar unos términos definitorios para todas estas religiones y que permitan encontrar sus elementos comunes. De todos modos cabe decir que, en general, son religiones animistas, con astrolatría, zoolatría, totemismo, así como ciertas manifestaciones míticas y fetichismo.
Cuando en el Imperio romano las religiones no cristianas quedaron aisladas en medios rurales, los cristianos llamaron “paganos” a los habitantes de aldeas, en vez de “gentiles” o “gentes” pues, desde la época monárquica del Imperio romano, pagus o pagi representaba una extensión de territorio rural. Con frecuencia, se aplica la palabra "paganismo" a las religiones politeístas, animistas, fetichistas, etc., aplicándose menos a las monoteístas que no tienen idolatría.
Las religiones africanas son religiones primitivas animistas que ponen en primer plano el culto a los antepasados y parece que los que las practican están cerca del cristianismo. Esa veneración a los antepasados es como una preparación para recibir la plenitud cristiana que vive la Comunión de los Santos, por lo que no hay nada de extraño que los animistas se conviertan con cierta facilidad en seguidores de Cristo, oponiendo menos resistencia que los representantes de las grandes religiones del Extremo Oriente.
Hasta el cristianismo y el Islam no hubo -tampoco en África- religión alguna de ámbito universal sino más bien sistemas religiosos originales o locales que han ido sufriendo cierto desarrollo pero, ante tanta variedad, es difícil encontrar unos términos definitorios para todas estas religiones y que permitan encontrar sus elementos comunes. De todos modos cabe decir que, en general, son religiones animistas, con astrolatría, zoolatría, totemismo, así como ciertas manifestaciones míticas y fetichismo.
En el 2º Sínodo de Obispos sobre África (oct 2009), su Santidad Abuna Paulos, Patriarca Ortodoxo de Etiopía recordó rápidamente el papel de África en la Providencia divina con algo de historia: la humanidad empezó en África; a Egipto acudió Israel en tiempos de hambre y falta de trigo; Egipto acogió a María y José con Jesús huyendo de Herodes; de Etiopía llegó a Salomón la reina de Saba y su hijo Manelik I llevó a Etiopía el Arca de la Alianza de Moisés; el rey de reyes etíope Bazen fue el emperador que acudió a Belén a adorar al recién nacido; un africano libio, Simón de Cirene ayudó a Jesús a llevar la cruz hasta el calvario; la Biblia traducida por los Setenta se hizo en la africana Alejandría y donde se compuso el primer Canón de la Biblia; de este continente salieron muchos Santos Padres. De 1978 a 2007 los católicos africanos han pasado de 55 mill a 146 mill. En el Sínodo participaron 244 Padres Sinodales (197 africanos) de los que 228 eran obispos (33 cardenales).
El África blanca
Parece que en el continente africano las primitivas poblaciones empezaron localizadas en el Sahara pero su rápida desertización arrastró las tribus hacia el norte o hacia el sur en busca de agua. Una hipótesis señala el camino de esa extensión para ocupar todo el continente y que parece coincidir con el seguido, siglos más tarde, por los misioneros en su tarea evangelizadora. Los que se fueron al sur pasaron por la costa occidental y algunos cruzaron por el centro hacia el este. El "Sahara húmedo" es de 8000 aC y se deseca hacia 6000 aC y bruscamente hacia el 2500 aC. Sus etnias aún no son bien conocidas pero sí se sabe que es el continente con más variedad y que se suele dividir en dos grandes grupos. África blanca, la del norte, en la costa mediterránea, y África negra, todo el resto subsahariano.
El África blanca, entre el Magreb y Egipto, está habitada hoy por los semitas musulmanes o árabes que invadieron el norte en oleadas durante los siglos VII, XI y XIV. Los blancos no autóctonos europeos, que colonizaron el continente, son hoy un 0,69% de la población continental (6,8 millones) pero 4,6 mill. viven en Sudáfrica. Con anterioridad estaban los bereberes que se habían quedado en el norte, aislados de los negros, aunque su religión autóctona presenta, sin embargo, caracteres similares a los del resto de los pueblos africanos. Era una religión de carácter local cuyos objetos o lugares de culto eran las montañas, los ríos, los árboles, las fuentes y las estrellas.
Los bereberes parecen tener un sistema propio de escritura desde hace 2.500 aC que hoy usan los tuareg aunque lo más utilizado es el latino y el arábigo. Herodoto ya habla de estos hombres distinguidos por las caravanas de camellos y que jugaban un papel importante en el comercio trans-sahariano. Son musulmanes desde principios del siglo XVI cuando el gran profeta El Maghili difundió entre ellos el Islam en la modalidad maliki. Practican las oraciones diarias aunque no guardan el Ramadán, creen en la presencia de varios espíritus (djinns) y los varones usan amuletos que contienen versos del Corán.
Estos habitantes del África septentrional, en la costa mediterránea, fueron visitados por los fenicios que fundaron dos sucursales en el 1.101 aC: las poblaciones de Lixus y Utica. En 814 aC fue fundada Cartago y visitada por fenicios de Tiro.
Parece que en el continente africano las primitivas poblaciones empezaron localizadas en el Sahara pero su rápida desertización arrastró las tribus hacia el norte o hacia el sur en busca de agua. Una hipótesis señala el camino de esa extensión para ocupar todo el continente y que parece coincidir con el seguido, siglos más tarde, por los misioneros en su tarea evangelizadora. Los que se fueron al sur pasaron por la costa occidental y algunos cruzaron por el centro hacia el este. El "Sahara húmedo" es de 8000 aC y se deseca hacia 6000 aC y bruscamente hacia el 2500 aC. Sus etnias aún no son bien conocidas pero sí se sabe que es el continente con más variedad y que se suele dividir en dos grandes grupos. África blanca, la del norte, en la costa mediterránea, y África negra, todo el resto subsahariano.
El África blanca, entre el Magreb y Egipto, está habitada hoy por los semitas musulmanes o árabes que invadieron el norte en oleadas durante los siglos VII, XI y XIV. Los blancos no autóctonos europeos, que colonizaron el continente, son hoy un 0,69% de la población continental (6,8 millones) pero 4,6 mill. viven en Sudáfrica. Con anterioridad estaban los bereberes que se habían quedado en el norte, aislados de los negros, aunque su religión autóctona presenta, sin embargo, caracteres similares a los del resto de los pueblos africanos. Era una religión de carácter local cuyos objetos o lugares de culto eran las montañas, los ríos, los árboles, las fuentes y las estrellas.
Los bereberes parecen tener un sistema propio de escritura desde hace 2.500 aC que hoy usan los tuareg aunque lo más utilizado es el latino y el arábigo. Herodoto ya habla de estos hombres distinguidos por las caravanas de camellos y que jugaban un papel importante en el comercio trans-sahariano. Son musulmanes desde principios del siglo XVI cuando el gran profeta El Maghili difundió entre ellos el Islam en la modalidad maliki. Practican las oraciones diarias aunque no guardan el Ramadán, creen en la presencia de varios espíritus (djinns) y los varones usan amuletos que contienen versos del Corán.
Estos habitantes del África septentrional, en la costa mediterránea, fueron visitados por los fenicios que fundaron dos sucursales en el 1.101 aC: las poblaciones de Lixus y Utica. En 814 aC fue fundada Cartago y visitada por fenicios de Tiro.
Después de la descomposición del Imperio romano en el norte africano, llegaron los vándalos y el este (Egipto y la Cirenaica) cayó en manos de los bizantinos desde el 395, durante 250 años. Diez después de morir Mahoma, los árabes conquistaron Egipto (642) y siguiendo hacia las Mauritanias occidentales arrasaron el cristianismo que estaba implantado desde el siglo II y que había dado tantos santos; entre ellos, san Cirilo de Alejandría y Orígenes que lucharon contra el gnosticismo y san Atanasio que luchó contra el arrianismo. Era un cristianismo que, más por odio al bizantino que por causas religiosas, había caído en el monofisismo.
Con la llegada del Islam arribaron miles de beduinos (nómadas árabes) que siguen viviendo en regímenes tribales y dedicados a la ganadería a modo de pastores. Hoy día son musulmanes sunnitas pero conservan sus creencias tradicionales en los espíritus (jinnis), capaces de adoptar formas humanas o animales y que ejercen influencia sobrenatural en las personas.
El islamismo cambió profundamente las cosas en el norte, Egipto, Abisinia y Nubia; pero no se impuso entonces en Etiopía donde estaba arraigado el cristianismo con personalidad propia, de origen bizantino. El cristianismo parece que empezó en Etiopía con san Frumencio de Tiro, el primer apóstol de Etiopía (+380). Dice una tradición que era libanés y fue llevado a Axum (capital etíope) y vendido como esclavo del rey, pero pronto será el secretario. Ordenado obispo por san Atanasio, convirtió al rey Ezana al que siguió todo el pueblo. Le llaman Abba Salama (Padre de la Paz). Pero en el 2º Sínodo de Obispos sobre África (oct 2009), su Santidad Abuna Paulos, Patriarca de la Iglesia Ortodoxa Etíope en Addis Abeba, dijo que el primero -en el 34 dC- fue el eunuco etíope, chófer de la reina de Candace, que regresó de Jerusalén bautizado por el diácono Felipe. Anterior contacto con el cristianismo, dijo el Patriarca, fue en Belén pues Baltasar era el rey de reyes etíope, el emperador Bazen, y también recordó que en el Antiguo Testamento, Manelik I, el hijo de reina de Saba fue quien se trajo a Etiopía el Arca de la Alianza.
Con la llegada del Islam arribaron miles de beduinos (nómadas árabes) que siguen viviendo en regímenes tribales y dedicados a la ganadería a modo de pastores. Hoy día son musulmanes sunnitas pero conservan sus creencias tradicionales en los espíritus (jinnis), capaces de adoptar formas humanas o animales y que ejercen influencia sobrenatural en las personas.
El islamismo cambió profundamente las cosas en el norte, Egipto, Abisinia y Nubia; pero no se impuso entonces en Etiopía donde estaba arraigado el cristianismo con personalidad propia, de origen bizantino. El cristianismo parece que empezó en Etiopía con san Frumencio de Tiro, el primer apóstol de Etiopía (+380). Dice una tradición que era libanés y fue llevado a Axum (capital etíope) y vendido como esclavo del rey, pero pronto será el secretario. Ordenado obispo por san Atanasio, convirtió al rey Ezana al que siguió todo el pueblo. Le llaman Abba Salama (Padre de la Paz). Pero en el 2º Sínodo de Obispos sobre África (oct 2009), su Santidad Abuna Paulos, Patriarca de la Iglesia Ortodoxa Etíope en Addis Abeba, dijo que el primero -en el 34 dC- fue el eunuco etíope, chófer de la reina de Candace, que regresó de Jerusalén bautizado por el diácono Felipe. Anterior contacto con el cristianismo, dijo el Patriarca, fue en Belén pues Baltasar era el rey de reyes etíope, el emperador Bazen, y también recordó que en el Antiguo Testamento, Manelik I, el hijo de reina de Saba fue quien se trajo a Etiopía el Arca de la Alianza.
la Iglesia cristiana etíope es copta y hoy son un 60% de la población, unos 45 millones de cristianos. La Iglesia copta es autocéfala y el Patriarca (Abuna) de Addis Abeba está unido al papa de los coptos, el Patriarca de Alejandría, ahora Shenuoda III y al Patriarca de Eritrea.
Daniel Comboni (+1881 con 50 años), obispo fundador de los combonianos, misioneros africanos, fue voz profética que anunciaba a toda la Iglesia, sobre todo en Europa, que había llegado la hora de evangelizar a los pueblos de África. En 1872 fundó una colonia antiesclavista y su primera misión en África “para regenerar África a través de África” con lo que serán luego los combonianos y las combonianas. Murió en Jartum (Sudán) pero su obra no ha muerto, difícil y fascinante misión entre los pueblos más pobres en la fe y los más abandonados de la solidaridad humana.
María Teresa Ledóchowska, beata, laica (+1922 con 59 años) se la conoce como “madre de África”. Hermana de sta Úrsula de Jesús, fundadora de las Ursulinas del Corazón de Jesús Agonizante, es hija de padre polaco y hermana del que fuera Prepósito General de la Compañía de Jesús, Wlodzimierz. Comenzó la redacción de la revista "Eco de África" y creó el "Sodalicio de san Pedro Claver" para liberar del estigma de la esclavitud a quien lo necesite. Celebró en Viena en 1900 el Congreso antiesclavista; dio muchas conferencias y multiplicó las publicaciones sobre el tema para implicar a ricos y pobres, librepensadores y creyentes, autoridades eclesiásticas y civiles.
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