Pueblos del Oriente Medio

Los hititas
Los asirios
Los medos
Los persas

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Los griegos llamaban Persia a todos los territorios de los persas sabiendo que Persia era sólo una parte, la ocupada por los arios. Al noreste (Asiria) estaban los medos y los partos; al sur-oeste, en el golfo pérsico, los persas, llegados a los fértiles valles de los montes Zagros a finales del 2º milenio aC. Los persas formaron con Ciro el nuevo Imperio que sustituía al de Babilonia y luego fue arrasado por Alejandro magno. El actual Irán, antes Persia, es una meseta vecina a Mesopotamia a donde fueron arribando gentes semitas. A Anatolia llegaron los hititas, a Grecia los jonios y eolios, los indos al Indo y Ganges.

Los hititas

Llegados supuestamente en 1900 aC, habitaban la meseta central de Anatolia y un trozo del norte de Siria. Ankara, conocida como Ancyra, caerá bajo dominación romana en 189 aC. Se sabe que Labarna o Tabarna (1680-1650 aC) fundó el Antiguo Reino Hitita. Mursil I reinó entre 1620 y 1590 (30 años) y en el 95 arrasó Babilonia. Algunos dicen que fueron la primera monarquía constitucional de la Historia.

En 1450 aC empezó el Nuevo reino Hitita, más extenso que el anterior, llegando a rivalizar con Egipto y Asiria. Hatusili III (1289-65 aC) firmó un pacto de paz con Ramsés rubricado con la entrega de su hija en matrimonio. Poco después, en 1200, los hititas desaparecían en manos de los venidos del mar, los frigios que a su vez serían dominados por los cimerios. Los griegos cuentan que, allá en el mar, en la costa egea, existió el reino lidio en el siglo VII aC, con capital en Sardes, y que fueron los primeros en acuñar dinero.

La historia hitita se conocía algo por estar citados en la Biblia y por crónicas egipcias, pero entre 1906 y 1912 se descubrieron en Bogazkoy de Capadocia los archivos reales y, oh sorpresa: los relatos de algunas batallas que los egipcios contaban como victorias suyas, los documentos hititas dicen que son derrotas egipcias.

El panteón hitita, es frase recurrida, tenía miles entre dioses y diosas, divinidades locales. Arinna era la diosa reina madre y Tessub el dios guerrero. Entre sus mitos, se habla de un monstruo que retó al último rey de los dioses.

Los matrimonios eran por rapto o compra; en este caso se entregaba a los padres de la mujer una dote por si había divorcio. El cuñado debía casarse con la viuda de su hermano. El salario del trabajo era doble para los libres respecto a los esclavos. La vida de un hombre libre valía cuatro hombres; la de un esclavo la mitad.

Los asirios

Son los que, al norte de Mesopotamia, tenían por capital Assur cuando se independizó hacia el 1600 aC. El momento álgido de este Imperio fue con Sardanápolo, como le llamaban los griegos, que heredó el trono en 668 aC. Tuvo que hacer frente a los secesionistas y a su propio hermano mayor, Samashsumukín, rey de Babilonia y súbdito suyo. En 666-663 conquistó Egipto al faraón Tanutamón aunque volvió a perderlo en 653. Su dominio recayó también s

obre los medos y los persas.

El esplendor militar-político también tuvo su contrapartida en lo cultural, creando entonces la famosa biblioteca de Nínive con más de 22.000 “libros”, o sea tabletas de arcilla con textos de todos los saberes humanos de entonces: historia, filosofía, medicina, astronomía, poesía, comercio, etc.

El Imperio de Asurbanipal se caería por su propio peso; en su territorio originario el emperador tenía el poder limitado por cuanto el régimen feudal permitía a los señores el mando de los ejércitos y la propiedad de la tierra, pero en los territorios conquistados era odiado por su tiranía ya que ejercía el poder absoluto.

A poco de morir, en 615-609 aC., Asiria sucumbió al rey medo Caixares, asociado a Nabopolasar, emperador neobabilonio.

Los medos

Eran pastores asentados como agricultores en los valles de los montes Zagros y que fueron dominados por los asirios durante los siglos IX y VIII aC. Luego, organizados como estado, sometieron a los persas aunque bajo dominio asirio hasta que el rey Caixares se alió con el rey babilónico Nabopolasar y derrotaron al asirio. La cosa les duró 2 siglos pues en el VI aC sus hermanos los persas se hicieron con el dominio de la zona.

Los persas

Eran una docena de tribus, cada una con su rey mientras fueron dominados por los medos, pero en el 550 aC Ciro lideró la unidad y estableció la capital en Suso. Mientras Zoroastro o Zaratustra fundaba la nueva religión persa, a la vez que los judíos estaban por allí cautivos y Buda fundaba el budismo.

Los persas fueron luego a por los lidios, en la costa mediterránea ya que eran centro neurálgico del comercio con Grecia. En 538 aC se hizo con Mesopotamia y sus dependencias sirias. Su hijo Cambises, en 525 aC, se hizo con Egipto y durante su ausencia, el mago Gaumata, de la casta sacerdotal, se apoderó del trono. Cambises murió en el viaje de regreso. Darío, yerno de Ciro, tomó el poder, organizó el Imperio, le dio brillo y esplendor. Su superioridad estaba en los arqueros a caballo y sus 10 mil guerreros, llamados “los inmortales”.

Era un Imperio basado en la unidad en la diversidad. Dividió el Imperio en 20 provincias, se preocupó del pago regular de los tributos, respetó a la clase dirigente de cada región y construyó una “autopista” desde Anatolia hasta Irán. Los persas pensaban que su poder absoluto era por que Darío recibía la autoridad de su dios Ahura-Mazda. Se le llamaba rey de reyes.

Su religión, que nunca quisieron imponer a los conquistados, enseñaba al hombre a elegir entre el bien y el mal, a trabajar, colaborar con la comunidad, tener muchos hijos, fomentar la convivencia social y respetar las costumbres ajenas. Una lección para la Historia.

Daniel, uno de los grandes profetas de Israel, fue educado en esta corte desde tiempos de Nabucodonosor hasta el año primero del reinado de Ciro (cf Dn 1,1-21), aprendiendo la lengua y la literatura caldea.

Los magos llegados desde Oriente a Belén de Judá se suponen venidos de Persia. Estos nombres se remontan al historiador inglés y doctor de la Iglesia Beda "el venerable" (+735 con 62 años). El Delegado Fraterno de su Santidad Abuna Paulos, Patriarca de la Iglesia Ortodoxa Etíope, en el 2º Sínodo de Obispos sobre África (octubre 2009) dijo que uno de ellos (Baltasar) fue el rey de reyes etíope, el emperador Bazen.



Llama la atención la política de Ciro para con los judíos que estaban por allí deportados desde Nabucodonosor. Sorprende la naturalidad en el trato entre Dios y Ciro y su decreto de retorno a Jerusalén legalizando el acontecimiento, instándoles a que reconstruyeran su templo y subvencionando el viaje de regreso. De los pocos gobernantes que han sabido vivir la auténtica libertad religiosa. Su tolerancia no era jugada política sino convicción religiosa basada en las enseñanzas de Zaratustra o Zoroastro. Este Imperio duró 150 años, hasta que llegó Alejandro Magno.

En la era cristiana las persecuciones se cebaron en tiempos de los reyes Sapor II (311-380) y Cosroes II que hicieron varios miles de mártires; con Sapor quizá siete mil. El rey Yezdigerd, hijo de Sapor II puso fin a la cruel persecución de los cristianos en Persia durante el reinado de su padre. Pero el obispo Abdas, con un celo mal entendido, incendió el Pireo o templo del fuego, principal objeto del culto de los persas. El rey amenazó con destruir todas las iglesias de los cristianos, a menos que el obispo reconstruyera el templo, pero éste se negó a hacerlo; el rey lo mandó matar e inició una persecución general que duró 40 años. Uno de los primeros mártires fue Benjamín, diácono, decapitado tras crueles torturas.

Cosroes además hizo mil cuatrocientos ochenta mártires en Samaria de Palestina. Uno fue Anastasio (+628) que era soldado suyo y se interesó por el cristianismo cuando este rey se llevó a Persia la cruz de Cristo. Converso y bautizado en Jerusalén, enseguida se hizo monje. Martirizado con 60 compañeros en Cesarea de Palestina, sus reliquias fueron llevadas a Roma.