Los cosacos
Los kurdos
Los tártaros
Los mongoles
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Los cosacos
Eran pastores nómadas que bajo el régimen de Stalin fueron obligados a abandonar su actividad y reunirse en granjas colectivas. Para unos “cosaco”, en tártaro, significa “hombre libre”, para otros “vagabundo”. Parece que en tiempos antiguos se llamaban así a los siervos, campesinos y soldados que huían de la explotación de los nobles rusos y del servicio militar obligatorio, dirigiéndose a las estepas del sur junto al Dnieper, al Don y al Volga. Los de Dnieper vivían en islas inaccesibles y tenían ritos de iniciación severos. A sus embarcaciones las llamaban “gaviotas” y se dedicaban a la piratería.
Sus incursiones y pillaje a los vecinos tensó la situación en la frontera polaca-lituana. En 1539 el Gran Duque de Rusia Vasili III pidió al sultán otomano que controlase a los cosacos pero se negó contestando que no le vivían fidelidad y hacían lo que les venía en gana. Con la égida de Iván IV “el terrible”, hacia 1570, se estableció un estatuto de autonomía para ellos.
Fueron pieza clave para la expansión de Rusia por Siberia, el Cáucaso y Asia central durante los siglos XVII y XIX. Llegaron al río Amur, a las puertas de China.
En el siglo XIII ayudaron a las hordas mongolas de Gengis Kan a conquistar las mesetas de Asia central. Los 8 millones actuales están principalmente en Kazajistán, capital Alma-Atta, y algunos pocos en China, Turquía u otras repúblicas antiguas de la URSS. El refrán “beber como un cosaco” tiene una significación clara. Son famosos sus trajes y sus bailes, agachados y lanzando las piernas al aire.
Su conversión al Islam se completó en el siglo XX pero es el país musulmán más abierto y tolerante; hay iglesias bautistas germanas y ortodoxas. En1990 se proyectó por primera vez la película “Jesús” y desde entonces pueden tener contacto con el Evangelio. En su lengua sólo se ha traducido el evangelio de Lucas y está agotado.
Las mujeres cosacas eran famosas por su independencia y espíritu; participaban en los mismos trabajos que los hombres y también compartían la camaradería en el campamento. Debían criar a sus hijos, atender la agricultura y los negocios y cuidar los bienes mientras sus maridos se encontraban en campaña militar, pero, en ocasiones, familias enteras de cosacos seguían a las tropas con todas sus pertenencias, y las mujeres llegaban a luchar junto con los hombres. Las mujeres cosacas gozaban de libertades, trato igualitario y mucho respeto desde el siglo XV, algo que para muchos se antojaba inimaginable.
Las bodas cosacas eran una auténtica fiesta, y muy especial por su manera de proceder: el novio, vestido con la cherkessa, a caballo, acompañado por una docena de amigos, iba a buscar a la novia a galope a través de la stanitsa, y disparaba al mismo tiempo tiros de pistola al aire. La novia subía en un equipaje e iba a la iglesia, escoltada por el novio y sus amigos. Luego de la ceremonia religiosa, ya de por sí con la belleza del rito ortodoxo, se volvía a casa y comenzaba la fiesta.
Los kurdos
Descienden del antiguo Imperio de los medos, del que fue emperador el rey Darío, en tiempos del profeta Daniel. Son la mayor minoría del planeta con 22 millones de habitantes que reclaman territorio propio mientras están dispersos por Turquía, Siria, Irán e Irak. Es una zona muy rica en agua, en petróleo, en bosques y los mayores cerealistas del Oriente Medio.
Empezaron a llamarse “kurdos” desde el siglo VII dC, al convertirse al Islam; algunos los identifican con los “elamitas” que cita el profeta Jeremías. En su “Kurdistán” está el 100% del petróleo turco y sirio, el 74% del iraquí (Mosul-Kirkuk) y la mitad del iraní.
En 612 aC conquistaron Nínive que sería a su vez conquistada en 550 aC por los persas. Famoso kurdo era Saladino que se enfrentó a Ricardo Corazón de León y en 1187 reconquistó Jerusalén para el Islam.
En su territorio está el monte Ararat, en el que se dice que se posó el arca de Noé al acabar el diluvio universal y es bañado por los ríos Tigris y Éufrates. Parece que se asentaron hacia el 2500 aC.
Su lengua tienen muchos dialectos, no han sistematizado su escritura ni su lengua, la mayoría son analfabetos pues están discriminados por los gobiernos de los estados en que viven dispersos actualmente, son olvidados por la ONU, y ello dificulta que se entiendan bien y estén unidos.
Algunas tribus kurdas fueron obligadas por los turcos en el siglo XIX a participar en la masacre contra los armenios. Hoy asusta mucho a los turcos el sistema federal irakí que les concedería un territorio en el norte pues estaría contiguo al kurdo turco y reclamarían el gran Kurdistán.
Son monógamos, hospitalarios y en las grandes fiestas dejan sentarse a las esposas al lado de sus maridos y hablar. Está bien visto que una joven se vaya del hogar paterno para vivir con su novio aunque no caiga bien a los padres.
En 1920 los misioneros tuvieron que abandonar a los kurdos por las presiones políticas.
Los tártaros
Hoy son dos grupos con lengua distinta en el Volga y en Crimea. En el siglo XIII entraron en Europa con las hordas mongolas de Gengis Kan pero desde el XVI están sometidos a los rusos. Los de Crimea fueron deportados masivamente por Stalin a Siberia y Kazajistán. La clase intelectual de los búlgaros es hoy bastante influyente pero los de Crimea son analfabetos para con su lengua propia. En China son uno de los 56 grupos étnicos reconocidos.
Tartaria o Tatarstán está a 800 km de Moscú, en la llanura oriental, al este de los Urales, entre el Volga y su afluente el Kama. Tiene petróleo, gas natural y yeso. Los tártaros son el 53% de la población, otro 40% son rusos. Su alfabeto es el cirílico.
Los chauncos son errantes, viviendo en tiendas portátiles y son una sola cosa con el caballo. Comen carne cruda que no cocinan sino que la preparan debajo de la silla del caballo. Beben leche de yegua fermentada con harina de mijo.
En el siglo XIX hubo el intento evangelizador con el misionero pionero que tradujo el Evangelio al tártaro. Conservan su identidad musulmana sunní ante los rusos. Son tártaros el tenista Marat Safín, el bailarín Rudolph Nureiev y tantos otros famosos hoy día.
Los mongoles
Del período postglaciar, cuando debuta el Mesolítico con zonas habitables antes cubiertas por el hielo, se han hallado vestigios del V milenio aC al norte del Himalaya, Mongolia y Manchuria aunque al sur se definen mejor como en los yacimientos de Bombai y Borneo, donde se han encontrado útiles datados en el 7.000 aC. En el interior continental se descubrió el homínido Sinanthropus pekinensis del que sabemos que conocía el fuego y era un gran cazador. En Java se halló el Pithecanthropus erectus, también del paleolítico inferior.
En 1206 quedó unificada Mongolia cuando la asamblea general de tribus eligió a Temujín nuevo líder, “gengis khan”; tenía 28 años. Había empezado a conquistar la estepa con 15 años; con 9 años había sido dado en matrimonio con la hija de un nómada que tenía 10 años. Era hijo de Yegusei que fue asesinado por unos tártaros que 6 años después asaltaron su tribu y se lo llevaron preso con una carga al cuello. Temujín se escapó y empezó la venganza. A su hermano le partió el espinazo y puso la mirada en China y en atacar la ruta de la seda. Yegusei era el kan (jefe) de las tribus al suroeste del lago Baikal y había reunido bajo su mando 40 mil tiendas.
En 4 años recorrieron 20.000 km hacia el este devastando Afganistán Irak, Georgia, Armenia y Azerbayán. En febrero de 1227 murió al caer del caballo con 65 años. Nació en 1162 que en los anales chinos era el año del caballo. Formó el imperio más grande jamás visto hasta ahora por la humanidad llegando desde Japón al corazón de Europa pasando por la costa mediterránea oriental.
Cuando el padre (Nicolás) y el tío (Mafeo) de Marco Polo llegaron a Bojaria, la ciudad más bella de Persia, vino un emisario de Alán, el señor de Levante, que era enviado por el gran señor de todos los tártaros del mundo Cublai Khan y, ante su asombro por ver hombres latinos por aquellos parajes, les dijo: “Señores, os advierto que el gran señor de los tártaros jamás vio un latino y tiene gran deseo de trabar conocimiento con ellos”. Cublai Khan les nombró embajadores ante el Papa y mandó que el barón Cogatai fuera su acompañante, llevando sus credenciales escritas en turco. El gran señor de todos los tártaros pedía al Papa que le enviara hasta cien sabios de la cristiandad que supieran las siete artes, que supieran discutir a los idólatras y a los gentiles que todos los ídolos que tenían en sus casas eran obras del diablo y que supieran probar por razonamientos que la ley cristiana es mejor que la de ellos.
Toscanelli sabía que la tierra era redonda y tenía calculado que eran 104 grados la separación de Lisboa a Cipango “por el otro lado” y Colón, con estos datos, lo veía asequible. Los europeos estaban empeñados en encontrar otra ruta comercial “por el otro lado” (el occidental) pues los musulmanes, desde la llegada de Gengis Kan, mantenían bloqueado las dos rutas orientales de siempre: la de la seda y la interior.
Bajo los mogoles, que eran turcos timuríes, en los siglos XVI y XVII, el dominio islámico en la India alcanzó su punto álgido de poder y esplendor. Babor Zahir al d-in Muhamma (+1530 con 47 años) fue el primer soberano mongol tras ganar en la batalla de Panipat (1526), valeroso soldado y notable escritor y poeta, descendiente de Timurlan por parte paterna y de Gengis-Khan por parte materna. Gracias a su táctica militar y su artillería, destrozó al ejército oponente, cuatro veces superior, y se hizo con el dominio del valle del Ganges. Bajo la administración mongol, pervive la cultura hindú y así la India, en lo cultural y religioso, permanece fiel a sí misma.
En 1107 las tribus keraitas de Mongolia abrazaban colectivamente el cristianismo que con la tribu "ongüt", al norte del río Amarillo y cuyo príncipe Nayan era bautizado, sumaban unos 200 mil mongoles cristianos que después serían arrasados por Gengis Khan. Entre 1890 y 1930 los arqueólogos descubrieron más de 300 monumentos con inscripciones, siempre encabezadas con el signo de la cruz. El inmenso y brutal imperio mongol de Gengis Khan, desde Pekín hasta el corazón de Europa, quedó, a su muerte, divido entre sus 4 hijos: Rusia, Persia, Turquestán y China. Los khans tuvieron frecuentes madres o esposas cristianas hasta que cayeron en abierto islamismo con espíritu fanático.
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