miércoles, 29 de marzo de 2017

LA REDONDEZ DEL PLANETA TIERRA




Es muy probable que Colón tratara de demostrar a los sabios de la Junta de Salamanca que el diámetro de la tierra era menor de lo que efectivamente es, pues esos sabios salmantinos, con los pies mucho más en la tierra, le aseguraban que dicho diámetro era mucho mayor, y que en consecuencia, el periplo que proponía era mucho más arriesgado y peligroso de lo que el marino aseguraba. Utilizo datos sacados de Luis Antequera.

Si bien es verdad que en el Antiguo Testamento (AT) abunda la idea de una tierra plana, y en esa idea se fundamentan algunos de los autores del proto cristianismo al construir su concepción del planeta y la creación, lo cierto es que la palabra “orbe” -que el DRAE define como “redondez o círculo”- aparece en el AT referida a la tierra no menos de una treintena de veces, entre las cuáles Isaías (s. VIII aC) dice: “Él [Dios] está sentado sobre el orbe terrestre” (Is 40, 22)

Pitágoras
En la filosofía griega, la idea estaba perfectamente asentada en el siglo V aC, y algunos de sus mejores representantes incluso buscaban fundarse en filósofos anteriores. Así Zenón (490-430 aC) opinaba que Hesíodo (s. VII aC) habría sido el primero en afirmar que la tierra es redonda; el historiador griego Diógenes Laercio (s. III dC) atribuye el mérito al matemático Pitágoras (569-h. 475 aC), y el filósofo Teofrasto (371-287 aC) a Parménides (n. 530).

Herodoto (484-425 aC), en las “Historiae”, escrito entre el 431 y el 425 aC, alude a la circunnavegación en África llevada a cabo por los fenicios hacia principios del s. VI aC. 

Platón (427-347 aC) en su “Timeo”, escribe: [el Creador] hizo el mundo en forma de globo, redondo como un torno, con sus extremos equidistantes del centro en todas direcciones, de por sí la más perfecta de todas las figuras”.

Aristóteles (384-322 aC) en su obra “De caelo” ya constata que hay estrellas visibles desde unos lugares y no desde otros, o que la sombra de la tierra sobre la luna durante un eclipse lunar es redonda, lo que le lleva a concluir que eso sólo es posible en una esfera “de no gran tamaño, o de otro modo el efecto de tan pequeño cambio de lugar no sería rápidamente aparente” (op. cit. 298 a 2–10).

Un siglo más tarde, Eratóstenes (276-194 aC) da un paso adelante e incluso estima la circunferencia de la tierra basándose en que en Siena, durante el solsticio de verano, el sol se encuentra sobre la vertical mientras aún da sombra en Alejandría, y aplicando cálculos trigonométricos, calcula la circunferencia terráquea con gran precisión, cometiendo un error que no excede del 15%. Parecida conclusión obtiene Posidonio (135-51 aC) usando como referencia la estrella canopus en lugar del sol.

En tiempos del Imperio Romano, Cicerón o Plinio dan la redondez de la tierra por hecho probado. Estrabón (64-24 aC) sugiere que la forma esférica de la tierra era ya conocida por los navegantes del Mediterráneo desde los tiempos de Homero, y cita varios fenómenos observados en el mar de los que sólo la curvatura del mar puede ser explicación.

Ptolomeo (90-168 dC) en su “Almagesto”, tratado básico de astronomía durante 1.400 años, expone muchos argumentos sobre la esfericidad terráquea, entre los cuales la observación de que al navegar hacia las montañas, estas se eleven sobre el mar, ocultas por la curvatura del horizonte acuático.

La idea de una tierra plana que puede extraerse de los textos del AT persiste en algunos autores del proto cristianismo. En el s. VI dC, el monje nestoriano y viajero infatigable Cosmas Indicopleustes (“Cosmas el viajero indio”) aún presenta la tierra como plana. Pero simultáneamente Basilio el Grande (330-379), Ambrosio (340-397) o Agustín de Hipona (354-430) se muestran partidarios de la esfericidad terráquea.

El matemático indio Aryabhata (476-550 aC), en su “Aryabhatiya”, establece que la tierra es esférica y su circunferencia de algo menos de 40.000 kms., muy similar al valor alcanzado por Eratóstenes.

El concepto de una tierra esférica sigue también presente en los principales autores medievales. Isidoro de Sevilla (560-636) afirma en sus “Etimologías” que la tierra es redonda.

El famoso monje san Beda (672-735), mejor conocido como Beda el Venerable, en su “De temporum ratione”, explica la duración desigual de la luz del día por la redondez de la tierra.

En el ámbito islámico, el persa Al-Farghani o Alfraganus (805-880) mide el diámetro de la tierra, y Abu Rayhan Biruni (973-1.048), con métodos nuevos basados en la sombra proyectada por una montaña, también lo hace, obteniendo una circunferencia de 6.339,9 kms., apenas 16,8 km menos que el valor real de 6.356,7 kms., o sea con un error del casi 0,2%.

La doctora de la Iglesia santa Hildegarda de Bingen (1.098-1.179), describe varias veces una tierra esférica en su trabajo “Liber divinorum operum”.

Johannes de Sacrobosco (1.195-1.256) escribe su “Tractatus de sphaera” y considera la tierra como una esfera.

La “Divina Comedia” de Dante Alighieri, a principios del siglo XIV, retrata la tierra como una esfera, discutiendo sobre las distintas estrellas visibles en cada hemisferio y los diferentes husos horarios.

Honorio de Autun (1.080-1.153) en el “Elucidarium”, importante manual de instrucción clerical escrito hacia 1.120, hace mención explícita de una tierra esférica.

De 1.493 data el globo terráqueo más antiguo llegado a nuestros días, el Erdapfel (globo terráqueo en alemán) de Martin Behaim.

Así que las exploraciones marítimas hispano-lusas del s. XV y XVI, viajes por África y a Asia, “descubrimiento” de América en 1.492 por Colón y los Pinzones, descubrimiento del Pacífico por Vasco Núñez de Balboa en 1.513, no hacen otra cosa que brindar la evidencia real de lo ya anticipado. Y la circunnavegación de Juan Sebastián Elcano convierte la tesis en irrebatible.

Financiada por la corona española, el 10 de agosto de 1.519 zarpaban de Sevilla cinco naves, la Trinidad, la Santiago, la San Antonio, la Concepción y la Victoria, comandadas por el portugués Fernando de Magallanes. Tras atravesar por primera vez el que será llamado en su honorEstrecho de Magallanes”, pasan del Atlántico al Pacífico y arriban a Cebu, donde los nativos filipinos acaban con la vida del marino portugués. Tres años después de partir de España, Juan Sebastián Elcano retorna a Sevilla, habiendo completado la circunnavegación del planeta, en honor a lo cual, Carlos V le otorgará un escudo de armas con la leyenda “Primero que me circundaste”, escrita con un globo terráqueo.

1 comentario:

  1. El próximo 30 de marzo a las 17 hrs el terraplanista Fernando Martínez Gómez-Tejedor realizará una conferencia en el paseo La Castellana de Madrid, estará conversando sobre el reto de comprobar que la tierra no es plana, la recompensa actual es de 1.000.000€ de los cuales 10.000€ fueron ofrecidos por Howard Stirrup, y 990.000€ fueron ofrecidos por Fernando Martínez Gómez-Tejedor. Tierraplana@planetmail.net o Whatsapp: +34603261072 ¿Te atreves a demostrar que realmente la tierra no es plana?

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