miércoles, 19 de mayo de 2010

El islamismo africano


En la costa mediterránea
En el África negra
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El Islam experimentó una expansión prodigiosa, desde el Atlántico al Indico, que es llamativa, aunque sólo sea sociológicamente hablando. De todos modos hay que tener en cuenta que son hijos de Ismael (como los judíos lo son de Isaac) a quien Dios bendijo. Cuando Sara pidió a Abraham echar a la esclava Agar y su hijo Ismael, Dios le dijo que “también el hijo de la esclava lo constituiré en un gran pueblo, por ser descendencia tuya”. Por segunda vez Dios manifestó esa bendición sobre Ismael cuando Agar emigraba, expulsada de casa de Abraham: «Multiplicaré de tal modo tu descendencia, que por su gran multitud no podrá contarse» (Gen 16, 10). Errantes por el desierto de Bersebá, madre e hijo, agotados el odre de agua y el pan que les diera Abrahán para el camino, Agar se alejó del niño moribundo porque no podía verlo morir. “El niño rompió a llorar a gritos. Dios oyó el llanto del niño y un ángel de Dios (por tercera vez) llamó a Agar y le dijo: «No temas pues Dios ha oído el llanto del niño. Levántate, tómalo en tus brazos que yo lo constituiré en un gran pueblo. Dios estaba con el niño»” (Gen 21,8-20). De este pasaje no sólo se extrae –como san Juan Crisóstomo- la enseñanza espiritual de que todo hombre, aunque esté en total abandono, siempre es ayudado por Dios con su providencia.

La extensión del Islamismo hasta el s XX nunca sobrepasó la línea de los paralelos que enmarcan determinados cultivos y formas de vida: el olivo, la vid y el naranjo, pero, dentro de la unidad de fe, hay un pluralismo de lenguas y culturas. Pero es un mundo con esquemas de sociedades mercantiles que operan preferentemente con materias primas hasta la década de los 90 de este siglo XX. Geográficamente lo musulmán se considera un mundo dividido en tres sectores: África, Asia occidental y Asia oriental.

Nunca faltaron quienes a la luz del Evangelio y en respuesta generosa a su vocación y a sus carismas, han amado tanto a esos hombres y mujeres que han dejado allí su vida, sobre todo, después de que el islamismo arrasara el cristianismo en todo el norte de África. Los frutos por ahora no son llamativos pero ahí están sembradas las lágrimas y la sangre de tantos y tantas, aunque quizá sólo son famosos algunos casos como san Francisco de Asís o san Pedro Nolasco y su Orden de los Mercedarios.

En África, al final del 2º milenio, son 258 millones de musulmanes (105 de raza blanca y 153 de raza negra) en siete países de la cuenca mediterránea: el reino de Marruecos, las repúblicas de Mauritania, Argelia, Túnez, Libia, Egipto y Sudán. A ellos hay que sumar las comunidades musulmanes que son minorías en África negra (Niger, Kenia y Zaire).

En la costa mediterránea

En Marruecos, el rey Hassan II, descendiente directo de Mahoma, guardaba las formas fundamentalista, pues unía en su persona la autoridad política y religiosa, pero puede considerarse tolerante. Hay libertad de culto para cristianos y judíos pero está prohibido el proselitismo aunque el texto del art 6 de la Constitución dice que “el islam es la religión oficial del Estado que garantiza a todos el libre ejercicio de los cultos”.
El 4 diciembre 2009, 14 cristianos (marroquíes conversos), reunidos con otros 4 cristianos extranjeros en la ciudad de Saidia para leer y comentar la Biblia, fueron interrumpidos por la policía. Los 4 cristianos no marroquíes fueron acusados de proselitismo y expulsados del país así como otro cristiano extranjero que no estaba en la reunión pero había facilitado el local. Se les dio una hora para hacer las maletas y ser llevados a la frontera.
El 30 de marzo habían sido expulsadas también 5 misioneras que arribaron para evangelizar; 4 españolas y 1 alemana fueron detenidas en Casablanca, trasladadas a Tánger y puestas en un ferry a Tarifa.

En Argelia, las elecciones democráticas de 1992 dieron la victoria al FIS (Frente Islámico de Salvación) pero la ola de islamismo que parecía arrasar el país fue frenada a rajatabla por el general Liaman Zerual que, con el apoyo de Occidente, anuló esas elecciones. El FIS ya no es legal y desde entonces el reguero de sangre de los grupos armados y de las mafias es interminable. Las elecciones de 1999 se organizaron dando un espectáculo mundial con la manipulación del partido oficial en el poder que provocó lógicamente la dimisión en bloque de los otros seis candidatos de la oposición.
Los sacerdotes y religiosos que había desde la independencia, quedaron reducidos a la tercera parte (300). Diecinueve sacerdotes y religiosos fueron asesinados desde 1993 y el ultimátum del GIA hizo empeorar las cosas con los asesinatos a tiros de la religiosa Paule Helenes Saint-Raymond, del padre Henri Verges y un posterior etc. De todos modos parece que los motivos no son sólo religiosos sino, como en otros lugares de Occidente, el terrorismo de este ejército salvaje (GIA) es un suculento negocio de tramas mafiosas que han segado la vida a unas 100.000 personas desde 1992.

La situación en Libia va mejorando poco a poco pues la Santa Sede ha establecido relaciones diplomáticas formales con el régimen personal de Muamar el-Gadafi desde que las fuerzas norteamericanas le frenaran en sus aires de grandeza y, al menos aparentemente, dejara de ser santuario de entrenamiento del terrorismo occidental.

En Egipto, al régimen de Mubarak no le resulta fácil frenar o contrarrestar los avances fundamentalistas islámicos que creaban un clima de permanente inseguridad, reflejado incluso para el turismo. Los 7 millones de cristianos están en permanente amenaza y su emigración hacia zonas más tolerantes es una constante sangría. Para sobrevivir como ciudadanos de segunda categoría (igual que en Irán y Siria), tienen que permanecer en absoluto silencio, de lo contrario son discriminados en la vida laboral, social y política. De todos modos, “curiosamente” en este país, que es una provincia franciscana, aumentan las vocaciones religiosas, recientemente habían ordenado 8 nuevos sacerdotes y tenían 11 novicios. Sin embargo los coptos egipcios no pueden reparar un templo deteriorado ni construir nuevos como ocurre en otros países de mayoría musulmana como Líbano, Bosnia o Turquía.

En Sudán el 60% de los casi 30 millones de habitantes son musulmanes y el 15% cristiano. El gobierno fundamentalista de Jartúm, desde 1983, tiene enfrentada a la Iglesia católica y hace la vida imposible a los 4 millones de cristianos: de vez en cuando salen por la tele desplazados, echados, errantes, hambrunos, muertos por miles a diario por las enfermedades y el hambre junto con otros de religiones animistas. En Jartúm, el medio millón de fieles sólo disponen de dos parroquias que permite el gobierno militar de Hassan el-Turabi. El rector de esa Universidad afirmó que “en Sudán los derechos de los cristianos son mayores que los de los musulmanes en los países de Occidente que se proclaman laicos”.
El presidente de Sudán, Omar Bashir, ha acusado a la ONG francesa El Arca de Zoé --que presuntamente intentó secuestrar a 103 niños de Chad y llevarlos a Europa-- de formar parte de un complot de Occidente para extender el cristianismo en Sudán, según una información publicada el 1 febrero 2010 por el periódico independiente sudanés 'Al Sahafa'. Bashir, durante una conferencia de clérigos musulmanes celebrada el día anterior en la capital de Sudán, Jartum, afirmó que la organización pretendía llevarse a los niños --que, según indicó, procedían de Darfur-- para luego "devolverlos como misioneros … Occidente se entromete en nuestras creencias y exige cambiar nuestros planes de estudios y nuestra vestimenta". El Arca de Zoé aseguró que los niños eran huérfanos. El Ministerio de Asuntos Exteriores francés, sin embargo, ha cuestionado esta información.

En el África negra

La Iglesia en Níger ha celebrado sus 50 años donde el 90% de la población es musulmana y el cristianismo es todavía una religión extraña aunque las mutuas relaciones entre los líderes religiosos son buenas.

Kenya es una república nacida el 12 –XII-1963 al independizarse del Reino Unido tras la descolonización. En enero de 2008 murieron quemados dentro de una iglesia cristiana (Asamblea de Dios) unas 40 personas, en su mayoría mujeres y niños. Se habían refugiado en ese templo de la población Eldoret al oeste del país pues sus poblados habían sido incendiados por una turba enardecida tras las elecciones generales. Las víctimas en esos días eran unos 300 y el portavoz del gobierno calculaba que los desplazados por disturbios tribales eran unos 75.000. Los católicos son un 33% de la población, otros cristianos son el 45% y los musulmanes un 10%. La Iglesia tiene más de mil hospitales, 5.000 clínicas y 800 orfanatos de niños con sida; se atiende al 40% de seropositivos.

En el Sínodo de Obispos de octubre 2009 dedicado por 2ª vez a África, asistieron 197 prelados africanos de 221 padres sinodales. El Cardenal John Njue, Arzobispo de Nairobi y Presidente de la Conferencia Episcopal keniata afirmó que “La Iglesia en Kenya y en otras partes de África sigue comprometiéndose para crear sistemas de gobierno que consideren la justicia finalizada al servicio del bien común (…) el tema del mal gobierno, que se podría definir como el cáncer de África (…) Es urgente (…) favorecer la formación moral de todos; promover el papel profético de la Iglesia en todos los sitios; dedicarse con determinación a la formación permanente de todos los agentes de evangelización, incluidos los políticos, que se base en un sólido catecismo y en la doctrina social de la Iglesia”.

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