viernes, 28 de agosto de 2020

SOBRE LA GLOBAL PANDEMIA COVID-19.

Todos a una




Es la primera vez en la historia que empiezan a ser realidad real y habitual los frecuentes actos concretos en toda la aldea global debido a la unidad de los cristianos de todo el mundo y, a su vez, cogidos de la mano, también cooperan de hecho con los demás hombres y mujeres de buena voluntad pertenecientes a cualquier religión, para sacar este mundo adelante.

Se publica el 27-VIII-2020 un Documento conjunto del Consejo mundial de las Iglesias (CMI) y el Pontificio Consejo del diálogo interreligioso titulado “Servir a un mundo herido” para que todas las iglesias y organizaciones cristianas reflexionen sobre la importancia de la solidaridad interreligiosa en un mundo herido por la pandemia COVID-19.

La publicación también está diseñada para ser útil a los practicantes de otras religiones, que ya han respondido a COVID-19 con pensamientos similares basados en sus propias tradiciones.

Este documento es el último en ser coproducido por el CMI y el Consejo Pontificio para el Diálogo Interreligioso después de la publicación de «Educación para la paz en un mundo multirreligioso»: Una perspectiva cristiana" en mayo de 2019.

Sobre la pandemia y el futuro una vez desaparecido el covid-19 o por lo menos controlado, maniatado y aprisionado, el Papa Francisco dedica unas cuantas catequesis de los miércoles, llamadas Audiencias Generales, que suelen ser en la plaza de san Pedro abarrotada de gente, a reventar, que desde marzo se han anulado presencialmente y se reanudarán con gente pero en el patio de san Dámaso, un “local” al aire libre , no muy grande y manteniendo las medidas sanitarias exigidas con las mascarillas y las distancias de seguridad para evitar contagios.

Francisco aprovechando la realidad del virus pandémico que debe tratarse con terapia médica y farmacéutica, comenta la realidad real innegable de otros virus que corretean por el planeta y causan estragos en la aldea global, aunque no son materiales ni somáticos, sino espirituales y psíquicos. No es solo una infección cancerígena que devendrá en metástasis (a este paso) en la sociedad civil, en el mundo; con sinceridad y humildad habrá que enfocar hacia la misma Iglesia católica y romana, especialmente por el clericalismo que lo ha destartalado todo y ha dejado el Evangelio como un libro archivado en las bibliotecas.

El 5 de agosto empezó las catequesis “pandémicas” tituladas “curar el mundo” y en ella dijo que “un nuevo encuentro con el Evangelio de la fe, de la esperanza y del amor nos invita a asumir un espíritu creativo y renovado. De esta manera, seremos capaces de transformar las raíces de nuestras enfermedades físicas, espirituales y sociales. Podremos sanar en profundidad las estructuras injustas y sus prácticas destructivas que nos separan los unos de los otros, amenazando la familia humana y nuestro planeta”.

(…) “La Iglesia, aunque administre la gracia sanadora de Cristo mediante los Sacramentos, y aunque proporcione servicios sanitarios en los rincones más remotos del planeta, no es experta en la prevención o en el cuidado de la pandemia. Y tampoco da indicaciones socio-políticas específicas (cfr. S. Pablo VI, Cart. ap.Octogesima adveniens, 14 de mayo 1971, 4). Esta es tarea de los dirigentes políticos y sociales. Sin embargo, a lo largo de los siglos, y a la luz del Evangelio, la Iglesia ha desarrollado algunos principios sociales que son fundamentales (cfr Compendio de la Doctrina Social de la Iglesia, 160-208), principios que pueden ayudarnos a ir adelante, para preparar el futuro que necesitamos.

La 2ª trató sobre “fe y dignidad humana”. La 3ª sobre “la opción preferencial por los pobres y la virtud de la caridad”.  La 4ª versa sobre “ El destino universal de los bienes y la virtud de la esperanza”.

No hay comentarios:

Publicar un comentario