martes, 18 de mayo de 2010

"indios" del oeste americano

Rasgos peculiares
Los de California

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Rasgos peculiares


Desde Alaska hasta el sur de California los diversos pueblos o tribus tenían cosas parecidas y no pocas diferentes. En común eran gentes con una complicada vida ceremonial y religiosa, dando importancia a las expresiones artísticas, los cantos y danzas y leyendas, llenas de filosofía. Solían cazar, pescar y recolectar, almacenando para el invierno, así que vivían en asentamientos fijos. La llegada de los europeos los diezmó también por las enfermedades que les fueron importadas, aparte de las armas de fuego y el alcohol.

Usaban grandes canoas ya que les era más fácil viajar por mar que por el litoral rocoso y poco practicable. Llegaron incluso a inventar canoas de vapor con agua dentro de un troco hueco y ascuas en su interior. En su tradición oral cuentan que viajaban a Hawai. Evidentemente no hay restos arqueológicos que los científicos puedan encontrar. Antes de contactar con los europeos en el siglo XVIII, tenían unos vínculos familiares muy importantes. Cada linaje tenía ciertos privilegios y en algunas tribus el liderazgo era hereditario (como las monarquías también europeas). En el norte, las sociedades eran matriarcales y se heredaba de la madre, así que los jefes eran sucedidos por el hijo de la hermana y no por el propio hijo.

Antes de que la marea de colonizadores acabara con esas culturas, había 16 pueblos distintos que hablaban tres lenguas: el hoka, el tolowa y el yulkiano.

Los de California

Los “indios” de California son diversas tribus que no tienen una forma peculiar religiosa aunque son típicas las estirpes totémicas y fratrías con patriarcado. Se organizaban en asociaciones religiosas secretas que celebraban grandes fiestas rituales para asegurar sus condiciones esenciales de vida. Celebraban danzas propiciatorias vistiendo tocados de plumas, de redes..., personificando animales o demonios zoomórficos. Eran corrientes las ceremonias de madurez de la juventud y la ceremonia de iniciación era celebrada con danzas, cantos y percutores hechos con partes óseas de ciervos; durante la ceremonia se prohibían determinados alimentos y rascarse con las manos.

En 1565 se creó la parroquia de san Antonio en Florida. En Nuevo Méjico llegaron los franciscanos en 1598 pero en 1680 acabaron con ellos los hopi. En Texas-California empezó la evangelización el P. Eusebio Kino, sj, que creó en 1700 el centro misional "San Xavier del Bac" desde donde se extendió en dos direcciones: hacia la Baja y hacia la Alta California (Monterrey) pero a punto de culminar el plan de expansión fue expulsado de este territorio español (1767) que pasó a manos de los franciscanos, dirigidos por fray Junípero desde el 68 quien en el 69 establece una misión en San Diego y en el 70 otra en Monterrey.

Con Fray Junípero Serra (+1784 con 71 años), que murió en la Misión de san Carlos, los “indios” de la Baja California convertidos, formaban comunidades agrícolas junto a las misiones y se les enseñaba albañilería, agricultura y ganadería. Esas gentes, quizá unos 350 mil, al contrario que los mexicanos, tenían un atraso cultural total; su alimentación, por ejemplo, era sólo de frutas y raíces silvestres y no conocían la vestimenta: para protegerse del frío cubrían el cuerpo con barro. Las mujeres recibieron enseñanzas de cocina, costura y confección.

En la zona central californiana, el mito de la creación de los maidu cuenta cómo la obra del creador fue puesta en peligro por su adversario el coyote. El mito describe las luchas entre el creador del bien (zorro plateado) y el del mal (coyote). El acto creador sólo lo conoce el zorro plateado que sabe que fue un acto volitivo del pensamiento mágico de un ser potente.

Este mito se encuentra también en los otros pueblos que eran profundamente religiosos pero, más que ningún otro grupo étnico, éstos creían que el hombre depende de la benevolencia de la Naturaleza, y el maíz y las nubes se tenían por símbolos sagrados. Consideraban que el mundo está dominado por varias divinidades (el Sol, la Madre Tierra) y adoraban la luna, el agua y a numerosos espíritus. Compartían ritos con sioux y cheyenes.

Junto a estos indios pueblo del suroeste y Nuevo México estaban los atapascos (navajo y apaches) y los ranch (pimas, papagos y yumas).

Los apaches son tribus emigradas desde el norte, desde Canadá, y a quienes los españoles conquistadores y evangelizadores llegados en 1540 llamaron así, considerándolos bárbaros, guerreros y salvajes. Apachu significa "enemigo". Ellos mismos se llamaban Ndee, "la gente". Eran cazadores y recolectores que invadieron tierras agrícolas y pastoriles y robaban para subsistir. No querían ser sometidos y se dedicaron a quemar y destruir muchas poblaciones españolas. Como todos los pueblos aborígenes norteamericanos, acabaron exterminados o reducidos a unos pocos miles y encerrados en “reservas”.

En los apaches era típico el rito de pubertad de las muchachas, celebrado con gran solemnidad por los chiricahua; el propósito de la ceremonia era asegurar larga vida, felicidad y buena salud a las doncellas y lograr iguales bendiciones para la comunidad.

En 1848 los gobiernos mexicano y estadounidense firmaron un pacto de colaboración mutua para acabar con los “indios”. En 1821 se inició la guerra por decisión del teniente George Bascom, al mando del Séptimo de Caballería, como represalia al rapto de un chico blanco y robo de ganado del ranchero John Ward. Cochise había acordado con los soldados dejarles un paso por su territorio, camino del oeste californiano. Gerónimo (Gokhlayeh), sucesor de Cochise, muerto a los 62 años, fue el último líder, fallecido en 1909 con 80 años a quien el gobierno mexicano traicionó, matando a toda su familia; Gerónimo, lógicamente, buscó la venganza. El Gobernador Ángel Trías ofrecía 200 pesos por cada cabellera “india”. En 1928 el gobierno mexicano decretó oficialmente extinto el pueblo apache y los subsistentes estadounidenses fueron sometidos en las reservas de Oklahoma y Arizona; hoy no son más de 6 mil.

Entre los atapascos meridionales, los navajo se llamaban a sí mismos dineh, o sea “pueblo”, pero se les llamó navajo por el vocablo “navahuu” que quiere decir “campo de cultivo en cauce seco”. Eran buenos agricultores pero como buenos apaches saqueaban, robaban ovejas y caballos. El coronel Christopher Carson tuvo la misión de acabar con ellos y utilizó la táctica de quemar los maizales, huertos, pozos y el ganado. Los nativos no tenían donde esconderse ni qué comer. En 1864 se habían rendido 8 mil y empezó la triste y desoladora “larga marcha” hacia Fort Summer, a más de 500 km; fueron brutalmente tratados. Los navajo que no integraron la marcha, fueron vendidos como esclavos o se escondieron en el Gran Cañón. La confinación en Fort Summer duró cinco años; luego pudieron regresar y hoy día son el pueblo más numeroso.

Influidos por los pueblo, basaban su vida religiosa en la fertilidad de los campos y del ganado y en los dictados de los chamanes. La religión era elemento de solidaridad tribal.

Entre los ranch había dos asociaciones secretas. Celebraban una ceremonia para llamar a la lluvia con una danza de enmascarados y el llamado “Festival Saguaro”, durante el cual los danzantes extraen un licor de los frutos fermentados del cactus saguaro. Los hombres llevaban bastones ornamentados con plumas, efectuaban dibujos en la arena y organizaban carreras de caballos. La ingestión del licor y del alucinante peyote actúa sobre los centros visuales del cerebro y, en estado de plena conciencia, produce ilusiones de bellos colores y














 formas, además de visiones durante el sueño, y se tiene la impresión de que el consumidor cruza las barreras naturales para fluir hacia la divinidad. Los yumas tenían la ceremonia de la inhumación y los cadáveres eran quemados y sus cenizas enterradas con solemnes ceremonias y cantos.

A partir de la 2GM creció la simpatía e inclinación de los occidentales por lo oriental, atrayendo la atención de maestros espirituales. Surgieron así muchos grupos transfiriendo a Occidente enseñanzas orientales, sobre todo en California. Se trata de un lugar esotérico y misterioso donde fluyeron las corrientes culturales de los años 60 (ecologistas, radicales, ambientalistas, pacifistas...) que proponían arreglar el mundo, no por la política y las ideologías, sino por la “meditación” y el conocimiento, elevando a la humanidad a un nivel espiritual-planetario.

Así surge la corriente ideológica New age que la experta Marilyn Ferguson definió como una “red sin líderes que trabaja para realizar cambios radicales en USA” y el P. Franc Rodé, del Pontificio Consejo para los No Creyentes, opinaba que se trata de “un supermercado de religiones donde cada uno toma lo que le gusta y deja el resto”. Esta especie de “buffette religioso” con novelas, películas, canciones, estilos musicales, etc., se ha extendido con fuerza creciente; en “Vía Digital” tienen uno de los canales que ofrece esta plataforma española. Es una red misteriosa de grupos relacionados entre sí por seminarios, cursos, revistas y libros: unos 50.000 centros y librerías han brotado (como las setas) en los últimos 25 años. Este movimiento goza ya de más de 20.000 títulos publicados y de numerosos supermercados y farmacias especializadas en comidas y medicina alternativa.

Juan Pablo II hizo referencia a este movimiento que juzgaba ser un modo de hacer renacer las antiguas ideas gnósticas. “No debemos engañarnos pensando que New Age puede llevar a una renovación de la religión. Es solamente un nuevo modo de practicar la gnosis, es decir, esa postura del espíritu que, en nombre de un profundo conocimiento de Dios, acaba por tergiversar su Palabra sustituyéndola por palabras que son solamente humanas. La gnosis no ha desaparecido nunca del ámbito del cristianismo, sino que ha convivido siempre con él, a veces bajo la forma de corrientes filosóficas, más a menudo con modalidades religiosas o pararreligiosas, con una decidida aunque a veces no declarada divergencia con lo que es esencialmente cristiano” (Cruzando... , p.103-104).

Marilyn Rossner, doctora en Psicología y que trabajaba con niños discapacitados, se volcó en su trabajo para comunicar a los vivos con el mundo de los espíritus. Es una medium canadiense, de origen ortodoxo-judío, que a los 4 años empezó a tener visiones de familiares muertos durante el holocausto. Un rabino que entonces la analizó, reconoció el don de Marilyn y la animó a cuidarlo. Rossner piensa que no deben existir diferencias entre los hombres por razones de religión, cultura, educación, dinero y ella misma se ponía de ejemplo al ser una judía casada con un pastor anglicano que viajaba con una monja católica y practicaba el yoga. La ciudad española de Valencia fue el escenario del II Salón del Esoterismo que en noviembre de 1998 reunió en la capital del Turia a algunos de los medium más importantes del mundo que practicaron limpiezas espirituales según la tradición de los druidas celtas, rituales de purificación, profecías, interpretación de sueños, rituales chamánicos de sanación, etc.

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