lunes, 14 de junio de 2010

Pueblos europeos (2)

Los pueblos célticos
Los invasores bárbaros
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Los pueblos célticos

Aparecen en los Alpes de Austria expandiéndose hacia las Galias, las islas británicas y la península ibérica. Quizá también alcanzaron los Cárpatos llegando a Bulgaria, Rumania, la Tracia y Macedonia, al norte de Grecia. Son los pueblos así llamados por historiadores y lingüistas que en la Edad de Hierro hablaban en indoeuropeo aunque luego hay que no comparten cultura común. Herodoto es el primero que usa este término como Hecateo de Mileto en 500 aC. El debate sigue abierto entre la postura francesa y la anglosajona.

Quizá hacia el siglo XIII aC se expandieron los primeros pobladores indoeuropeos por la margen derecha del Ródano llegando al Languedoc, Catalunya y bajo Ebro; otros por Bélgica fueron al este británico. Ese siglo fue el de Ramsés II u Moisés. Del 1600 al 1250 el cambio climático produjo una fuerte sequía en la tierra de Canaán por la que los hijos de Abrahám bajaron a Egipto en busca de trigo. En el siglo VII aC llegarían a la península ibérica la 2ª oleada; un siglo antes empieza a contarse la historia de Roma y cuando nazca Cristo será el setecientos y pico. La última migración céltica fue en 275 aC cuando los gálatas, de lengua celta, llegaron desde Europa central a Capadocia y la llamaron Galacia. Saquearon el templo de Delfos y, una vez derrotados, se fueron al norte, Tracia, y al este, cruzando el Hellesponto. Nicomedes I de Bhitinia les ofreció un trozo de la Frigia a cambio de estar a su servicio y realizar incursiones de rapiña por Siria o Pérgamo.

Los historiadores clásicos atribuyen a los celtas los valores de independencia, heroísmo y arrogancia. Las leyendas celtas se usan hoy para fines políticos y para refuerzo de los nacionalismos: así Numancia en España, Viriato en Portugal, Vercingetorix en Francia o Boudica en Inglaterra.

Los celtas irlandeses conocieron el cristianismo en el siglo V con san Patricio y los misioneros conocieron y dieron a conocer su cultura que hoy pervive.

La religión de los celtas galos en tiempos de Asterix no es bien conocida pues los datos son escasos y poco precisos. Las llamadas “piedras druídicas”, anteriores a los celtas, no tuvieron nada que ver con las actividades religiosas de los galos. Al principio serían cultos locales pero fueron deviniendo en grandes divinidades más o menos en común y cuando contactaron con los romanos fueron identificando las de ellos con las suyas. Así Teutates es como Mercurio pero con algo de Júpiter y de Marte. Taranis se relaciona con el rayo y como el supremo Júpiter. Esus es el dios de la guerra y del ganado relacionado con Martes y con Silvano. A Apolo se comparaba Belenus, dios de las artes. Belisma se asimilaba a Minerva y Epona a Ceres.

Los druidas siempre han llamado la atención e interés aunque se conoce poquísimo de ellos y se busca relacionarlos con los megalitos prehistóricos. Lo mismo ocurre con los restos arqueológicos gallegos que se pretenden relacionar con los celtas. Para Plinio “el viejo”, los druidas no tenían por sagrado nada más que el muérdago y el roble que lo soporta, lo cual es muy raro. Cuando así ocurría, se recogía el muérdago en ceremonia religiosa, si era posible, el 6º día de la luna. Se sacrificaban dos toros blancos y se hacía el banquete debajo del árbol. Los sacerdotes vestían ropa blanca y el muérdago cortado se recogía en una capa blanca.

Los íberos son el primer sustrato de gentes asentadas en la península ibérica durante el paleolítico y el mesolítico al que, a partir del siglo VIII aC, se añaden contingentes celtas que ocuparon la meseta y el litoral del Atlántico. Los íberos por el contrario ocupaban el litoral mediterráneo, cuenca del Ebro y Andalucía, siendo una síntesis de autóctonos, tartesios, almerienses, fenicios y griegos.

Los tartesios eran famosos por su prestigioso oro que exportaban por el Mediterráneo. Tarsis estaría en las minas de Río Tinto de Huelva. Salen citados en dos salmos de la Biblia; ante la ira de Dios, “aparece un viento del este que destroza las naves de Tarsis” (Ps 48, 8). Cuando nazca el Mesías, los reyes de Tarsis, como los de Sabá y Seba "le traerán tributo" (cf Ps 72, 10).
Su religión era la propia de pueblos agrícolas, en base a creer en la Madre Tierra y en divinidades celestes, propio de los ganaderos. El toro simbolizaba tanto a la Madre Tierra como a las divinidades celestes. Se conoce el culto a la diosa Diana. El culto se hacía en santuarios alejados de las poblaciones y se solía acudir en romería anual. El rito funerario era la cremación y las cenizas se enterraban en una urna.

Los celtíberos son los celtas de la península ibérica que pueden situarse en el interior peninsular, por Guadalajara, Soria, La Rioja, Burgos, Teruel. Adoptaron la escritura íbera y tras la caída de Numancia en 133 aC, su territorio fue la provincia romana Hispania Citerior. El euskera es la única lengua prerromana que ha pervivido. En el 10.000 aC Europa sufrió una mini glaciación y el hombre sólo podía vivir en la península ibérica y pocos sitios más. Toda Europa estaba cubierta de hielo. Con el deshielo debió haber una migración hacia el norte, pero todo fue mucho antes de que hubiera nada celta.

Los íberos andaluces tenían una sociedad fuertemente estratificada, con una clase noble poderosa y en la base de la pirámide social, los esclavos y mercenarios extranjeros. En cambio en el levante la sociedad era menos clasista y en vez de reyezuelos, se gobernaban por un consejo de ancianos aunque en algún momento concreto, ante un peligro, se elegía un caudillo que liderase la acción.

Los invasores bárbaros

Los Alanos eran tribus de pastores nómadas belicosos, de lengua irania. Las crónicas chinas del siglo I aC hablan de ellos. Estrabón señala que su rey Spadines podía reunir hasta 200.000 arqueros a caballo. Dominaban la costa del mar Caspio. Importaban camellos de India y Babilonia, de los medos y armenios; vestían ornamentos de oro. Desde la 2ª mitad del siglo I hasta el IV poseían la supremacía de la zona y causaron problemas al Imperio romano con sus incursiones por el Danubio y las provincias del Cáucaso.

Cuando fueron barridos por los hunos, se disgregaron hacia el oeste en diversos grupos, uniéndose a los germanos vándalos y suevos para atacar la Galia romana.
San Antidio, obispo de Besançon es mártir con Croco, rey de los vándalos en 411. San Privato, obispo de los gábalos en las Galias, es mártir de los vándalos en 407; vivía en una gruta. San Aniano y san Marino, emigrantes irlandeses, son mártires de los vándalos de Baviera. Marino era obispo y fue quemado; Aniano era ermitaño en Irschenberg. San Lupicino fue obispo (21º) de Lyon entre 475 y 495, durante la persecución de los vándalos.

Desde 409 se expandieron por Hispania, por las provincias Lusitania y Cartaginense. Aquí introdujeron los perros de caza de los que sobrevive en el país vasco el “alano”. Los usaban para la caza del oso y para guardar el ganado.

Los suevos se fueron a Galicia junto con vándalos asdingos; en cambio los vándalos silingos se fueron a la Bética. En 412 el rey vándalo Atax conquistó Emérita Augusta (Mérida) donde puso su corte durante seis años, hasta que murió en manos de los visigodos. Apelaron al vándalo asdingo Gunderico a que aceptara la corona alana. Su situación era de escasa calidad de vida hasta el punto, se dice, que pasaron tanta hambre que vivían el canibalismo. En 422 saquearon Cartagena, en el 426 se apoderaron de Sevilla; arrasaban con la cultura romana hispánica. Su actitud era tal que hoy usamos esa palabra (vandalismo) con significado inequívoco.
En 429, parece que por invitación del conde Bonifacio, la mayoría de alanos se fueron al norte de África con los vándalos pues aceptaron de mil amores el plan del conde para cruzar el estrecho y buscar mejores pastos.

En el norte de África arrasaron toda la costa de oeste a este y desolaron el cristianismo que tenía en aquellos momentos más de 600 diócesis. San Agustín, obispo de Hipona, murió un año después de ver cómo arrasaban su ciudad, igual que san Aurelio, obispo de Cartago. Genserico en 435 firmó la paz con el emperador romano Valentiniano pero como en el 39 Atila arrasaba en las Galias, rompió el pacto y con su hijo y sucesor Hunerico siguió su marcha hacia el este, arrasando Cartago y Túnez. Cuando se hizo con Cartago, intuyó la importancia de aprender a usar la navegación. La reina romana Eudoxia le invitó en 455 a ayudarla militarmente y acudió a Ostia. Roma sólo era defendida por el Papa y san León Magno pactó con él que sólo saqueara, que no matara ni incendiara. El saqueo duró 14 días. El grito de guerra de Genserico era “¡a por los que Dios no ama!”. Falleció el 25 de enero de 477 ya muy anciano.

San Posidio, obispo de Lombardía, iba de vez en cuando a Hipona para colaborar en la lucha contra el pelagianismo y ahí se refugió cuando los vándalos ocuparon su sede. Asistió a la muerte de san Agustín. San Deogracias, obispo de Cartago (+458) vendió vasos sagrados para rescatar a cautivos de los vándalos y los alojaba en las basílicas. Esa actitud molestó a los nuevos amos por lo que a su muerte impidieron elegir sucesor durante un cuarto de siglo. San Nostriano fue obispo (15º) de Nápoles (+450) que acogió a los obispos africanos expulsados por los vándalos. Se dice que los vándalos de Hunerico hicieron en el norte de África a más de 400 mil mártires, hombres y mujeres de todas las edades, de todas las clases sociales y profesiones.

Liberato (abad), Bonifacio (diácono), Servo y Rústico (subdiáconos), Rogato y Séptimo, Máximo (joven), son siete monjes de Gafsa en la Bizacena, mártires en Cartago con Hunerico en 483. Fueron quemados vivos en un barco en alta mar pero como el fuego no prendía suficientemente, fueron abatidos a golpes de remos.
En 484 Hunerico decretó clausurar todas las iglesias del norte de África y confiscar los bienes del clero para darlo al pueblo. Los 4 obispos de la provincia de Bisaseno movilizaron a los cristianos para que protestasen pero Hunerico mandó aplastarlos.

Los alanos del mar Negro que emigraron al norte hacia Polonia, se fundieron con los eslavos, dando lugar a los serbios y croatas. Las tribus orientales dominadas por los hunos tuvieron que huir al Cáucaso a la llegada de los mongoles; son los modernos osetos. A principios del siglo IX muchos se habían convertido al judaísmo pero en el siglo X pasaron al cristianismo bizantino tras la conversión de su jefe. Según fuentes musulmanas, en 920 abandonaron el cristianismo y expulsaron a los misioneros. Después se aliarían de nuevo con los bizantinos buscando protección ante los ataques de las tribus de la estepa como los pechenegos y los cumanos.

Santa Olga o Elena (+969) es tenida por la 1ª cristiana de Rusia, esposa del príncipe Igor, gran duque de Kiev, que murió asesinado cuando regresaba de un ataque infructuoso a Constantinopla. Olga se puso al frente de las tropas y castigó a los druelanos por su crimen. Quedó prendada de la predicación de sacerdotes que hablaban de las nuevas doctrinas del Evangelio y pidió el bautismo. Es la abuela de san Vladimiro que en 987 declarará el cristianismo como la religión de Estado en Rusia donde los paganos hacían sacrificios humanos. Juan Pablo II celebró el milenio de la evangelización de la Rus.

1 comentario:

  1. Dicen: "En el norte de África arrasaron toda la costa de oeste a este y desolaron el cristianismo que tenía en aquellos momentos más de 600 diócesis."

    Los germanos eran cristianos unitaristas, pero cristianos, y dificilmente pudieron arrasar con el cristianismo de Africa. En todo caso impusieron su cristianismo arriano unitarista a los cristiano-trinitaristas catolicos que alli habia. Pero eran tan cristianos como los que habian vencido. Los catolicos hacian con ellos, cuando podian, lo mismo en otras regiones: darse caña.
    http://historia.forogratis.es

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