Pueblos nórdicos
Los hunos
Los godos
En el interior del continente, los ríos Volga, Rhin, Danubio y Ródano han constituido rutas naturales para las migraciones. El pasillo balcánico era puerta de entrada desde Asia Menor, así como la llanura sur de los Urales y el mar Caspio lo era desde Asia central.
Hace unos 8 mil años que llegó la primera migración a Grecia y Creta con restos arqueológicos similares a los de Siria, Irak e Irán. Hacia el 6º milenio aC se ocuparon los Balcanes y la costa del Adriático. Un milenio después se extendieron por el centro y norte del continente europeo. Hacia el 4000 aC tuvo lugar el primer enfrentamiento entre los agrícolas del Danubio y los cazadores y pescadores del norte de la llanura europea. La Edad de Hierro empezaría en Europa en el 1000 aC protagonizada por un lado por los indoeuropeos y por otro lado por los célticos.
Dentro de lo común a la raza blanca o caucasoide, se distinguen como cinco grupos raciales: nórdico, oriental, mediterráneo, alpino y dinárico (que son un poco más altos que los alpinos). Pero étnicamente son tres grandes grupos (germano, latino y eslavo) a parte otros muchos de menor cuantía (griegos, celtas, fineses, lapones, húngaros, gitanos, vascos, etc.).
Pueblos nórdicos
Los lapones o saami no llegan a 80 mil habitantes se conocen por las primeras referencias escritas en el siglo XVIII por los islandeses. Se les tenía por expertos en brujería y ocasionalmente peligrosos debido al chamanismo, lo cual extrañó a los europeos. Hoy día la mayoría son luteranos.
La llegada de escandinavos, finlandeses, rusos…, las centrales hidroeléctricas, las minas y el turismo ha modificado su vida. El impacto ambiental y la contaminación han disminuido sus pastizales y muchos pastores han tenido que abandonar su modo característico. Eran pastores al estilo asiático y la población actual pastoril es sólo de unos 7.000 que tienen medio millón de renos.
Los vikingos o normandos o varegos en ruso, son germanos que emigraron a Escandinavia hacia el 2000 aC. Por sus ataques y saqueos a las costas europeas occidentales, tienen fama de depredadores desde el siglo IX; aunque -como dice el refrán- unos cardan la lana y otros llevan la fama. Amenazaron las islas británicas, Irlanda y el reino franco. Exploraban y colonizaban islas del Atlántico norte y a la vez comerciaban con productos exóticos de la Europa occidental y oriental. Los relatos ingleses, desde el saqueo del monasterio de Lindisfarne en 793, son aterradores pero la matanza de 4.500 sajones por Carlomagno no se valora de la misma manera. En Inglaterra gobernaron durante años hasta que fueron vencidos por los normandos, descendientes suyos. Harald "el despiadado" fue derrotado en 1066 en la batalla del puente Stamford.
Contribuyeron a la formación del Estado Ruso, en Francia recibieron el feudo de Normandía, en Italia fundaron el reino normando de Sicilia.
Noruegos, suecos y daneses colonizaron en el siglo VIII las islas Oreadas y Shetland. En el siglo IX las islas Feroe e Islandia. No hay pruebas escritas documentales de su historia, simplemente misteriosas inscripciones rúnicas o algunas referencias occidentales. En 982 llegaron a Groenlandia; fue Erick “el rojo” que estaba desterrado en Islandia.
Puede ser que el motivo de su expansionismo fuera el que los reyes cada vez eran más autoritarios y las gentes buscaban libertad. Puede ser que a los civilizados europeos les interesasen mucho sus pieles y el marfil de los colmillos de focas.
Vivían la esclavitud los cuales, a diferencia de los siervos, no poseían derecho alguno. Las mujeres podían raptarse para el matrimonio; existía el divorcio y, si había hijos por medio, él se quedaba con el caballo, su arma y poco más. Las mujeres comandaban y tripulaban muchas naves vikingas. San Fintano (+878), joven irlandés capturado por los vikingos y vendido como esclavo; pudo huir y recalar en la costa escocesa de Caithness. Luego se hizo benedictino eremita.
La religión de los vikingos tenía tres dioses: Odín, Wotan para los germanos, es el dios supremo, representado como guerrero con lanza, el ojo izquierdo hueco, flanqueado por dos cuervos -Hugin (pensamiento) y Mugin (memoria)- y dos lobos –Geri y Freki-, y un corcel - Sleipnir- de 8 patas. Ayudantes suyo y portadoras de la victoria son las valkirias. El segundo dios es Thor, hijo de Odín, dios del trueno, que adoran los campesinos y la gente llana. Es protector de la humanidad y enemigo de los gigantes y trholls que viven en lugares inhóspitos y son enemigos de los hombres.
Freyr es el tercer dios, el de la fertilidad y de la naturaleza, gemelo de Freyja y son de otra familia divina distinta a la de los otros dos dioses.
Los mitos nórdicos fueron admirados por los nazi. Durante la década de los sesenta ha revivido el paganismo vikingo como -tras la revolución cultural del 68- se han promovido los demás paganismos de aquí y allá.
Los hunos
Era un pueblo de pastores nómadas que invadió Europa de este a oeste desde el 370, creando un imperio que duró 80 años. Se identifican como hunos los heftalitas que invadieron Irán (antes Persia) y la India en los siglos V y VI, y los hiung-un que acosaron China. En 350 cruzaron el Volga, se echaron sobre los alanos que vivían entre el Volga y el Don, sobre los ostrogodos (entre el Don y el Dniester), sobre los visigodos de la Dacia y forzaron los límites del Imperio romano en el Danubio.
Pactaron con Roma, contra la opinión de los germanos, y en 432 tenían (por primera vez) un caudillo, Rua o Rugila que, muerto dos años después, fue sucedido por sus dos sobrinos, Bleda y Atila. Atila fue el jefe 19 años (434 a 453), único desde 445 cuando mató a su hermano y se hizo autócrata. Era llamado “el flagelo de Dios”, es el Etzel de la leyenda de los nibelungos, y el Atli de las sagas islandesas.
De Constantinopla recibían 700 libras de oro anuales (unos 300 kgr). Cuando Atila conquistó Filipópolis y puso rumbo a Galipolis, impuso una paz que incluía el pago de los atrasos y su mora (1.800 kgr de oro) y triplicando el tributo anual a 650 kgr de oro.
Una vez devastados los Balcanes y Grecia, en 451 entró en la Galia. Cuando algunos identificaban a Atila con el “anticristo”, san Severino, agustino, patrono de Viena y Baviera (+482), entendió que la fuerza de esos jóvenes pueblos bárbaros era imparable y la decadente sociedad romana recuperaría con ellos el vigor. Mientras tanto las orillas del Danubio (Noricum Ripense) eran sacudidas por terribles embestidas de los hunos que sembraban la desolación y la ruina; venían a expoliar la riqueza, el poder y la cultura de Europa. Severino era venerado incluso por los reyes bárbaros.
Santa Úrsula, la patrona de jóvenes y colegialas, es una virgen mártir en Colonia en 383 con otras muchas. Según algunas leyendas, para posponer la boda acordada con un príncipe pagano, abordó un barco para ir de peregrinación a Roma. En Colonia, ella y sus doncellas (entre doce y mil) fueron atacadas por los hunos y asesinadas por rechazar el matrimonio con Atila y los suyos. Una lápida de Colonia dice que fueron martirizadas 11.000 doncellas.
De santa Genoveva, patrona de París (+500 con 80 años) se cuenta que con 30 años alejó a los hunos de Atila (unos cien mil) que querían conquistar la ciudad del Sena (la antigua Lutecia) poniendo a todo el pueblo a rezar; sorprendentemente los hunos cambiaron de rumbo y se dirigieron a Orleáns donde los ejércitos cristianos les vencieron en la batalla de los Campos Cataláunicos. San Aniano o Agnan, obispo de Orleáns (+453), siendo anciano, se entrevistó con Atila y buscó la protección del general romano Aecio para salvar la ciudad.
De san Cameliano, obispo de Troyes, sucesor de san Lupo (+525), se cree que formó parte de la legación que visitó a Atila con su antecesor en 451.Y fue quien acogió a sta Genoveva, que pedía alimentos para París que padecía una gran hambruna. San Geroncio, obispo de Milán (+472), designado por san Eusebio sucesor suyo, reconstruyó la ciudad asolada por Atila.
Los hunos habían aprendido de los chinos a usar estribos en sus caballos. Cubrían su cuerpo con pieles y se alimentaban de raíces y de la caza. De su religión se conoce poco; adoraban al caballo y poco más: los romanos les consideraban subhumanos pues carecían de dioses y de moral, no creían en otra vida que no fuera la terrena aunque tenían chamanes o brujos. Al principio cremaban sus muertos pero luego acabaron inhumándolos. Practicaban la poliandria y la poligamia. Un historiador romano, Amiano Marcelino, dejó escrito: “Son seres imberbes, musculosos, salvajes, extraordinariamente resistentes al frío, al hambre y la sed, desfigurados por los ritos de deformación craneana y de circuncisión que practicaban, e ignorantes del fuego, de la cocina y de la vivienda”.
Los godos
Fue el primer pueblo germano convertido al cristianismo. Del siglo III al VI fue la potencia europea cuando se desintegró el Imperio romano. Se tiene que bajaron de Suecia cruzando el mar Báltico por la cuenca del río Vístula llegando al mar Negro. En 267-268 tomaron y saquearon Atenas. Al llegar los hunos se dividieron en ostrogodos en la actual Ucrania y Bielorrusia y visigodos hacia la zona occidental.
Los visigodos pudieron asentarse en su retaguardia en la Mesia, al sur del Danubio con el permiso del emperador romano oriental Valente. A los dos años se enfrentaron a los romanos y Valente murió en la batalla. Animados, se fueron a por Constantinopla. El sucesor de Valente, Teodosio I, firmó la paz y los incorporó al ejército imperial. Ya pudieron andar como Pedro por su casa. El obispo godo Ulfilas tradujo la Biblia al gótico y allanó el camino a la herejía cristiana del arrianismo.
En 410 saquearon Roma con Alarico que no pudo ser detenido –como Atila- por el papa san León Magno. Mientras tanto, san Honorato, el obispo de Arlés, fundaba el monasterio de la isla de Lerins, frente a Cannes, que durante siglos dió muchos obispos y santos.
Constantino había edificado en Roma una iglesia dedicada a Marcelino y Pedro, mártires, en donde quiso enterrar a su madre santa Elena y fue destruida por los godos. El papa Virgilio la restauró y los introdujo en la plegaria I para eterna memoria suya.
San Benito (+547 con 67 años) estudió en la Roma decadente de los godos y del naciente poder de los papas. Asqueado, se retiró a los montes Abruzos, a 50 km al este de Roma. Luego en Montecasino, entre Roma y Nápoles.
Ese mismo año, Ataulfo, sucesor de Atila, cruzó los Pirineos y penetró en Hispania. Dueños y señores de las Galias e Hispania, tenían su capital en Toulouse. Con Eurico (466-484), el imperio visigodo llegaba al oeste del Rhin y al sur del Loira. Eurico se declaró independiente de Roma y sin embargo organizó a su pueblo tomando muchos elementos de la civilización romana y promulgó un código legal mezclando el Derecho romano y el germano.
La poderosa nobleza visigoda impidió una monarquía hereditaria; el monarca se elegía.
Santa Melania “la anciana” (+410), la abuela paterna de Melania "la joven", se estableció en Tierra Santa huyendo de Italia ante la invasión de los godos. Por su carácter no siempre agradable, las relaciones con su encantadora nieta fueron a veces difíciles.
San Volusiano, obispo de Tours (+498), era muy rico, militar, casado con una mujer difícil y fue elegido obispo. Fue desterrado por los visigodos al ser acusado de colaborar con los francos. El reino visigodo de Toulouse desapareció tras la victoria del franco Clodoveo I en 507 en la batalla de Vouillé. San Quintiano (+525), obispo africano que huyó de los vándalos a las Galias, fue obispo de Rodez pero los visigodos, arrianos, a su vez lo expulsaron y ejerció entre los auvernios.
El reino visigodo, reducido a la península ibérica, tuvo en Toledo su capital. Eran cristianos arrianos y, tras aceptar por políticamente correcta la declaración del Concilio de Toledo y denominarse católicos, desaparecen en 711 con la muerte del último rey Rodrigo en la batalla de Guadalete (mejor Barbate) a manos musulmanas.
San Eladio (+632), de familia vinculada a la corte de los reyes godos, fue administrador de las finanzas del rey. Luego descubrió su vocación y se hizo monje. Siendo abad fue nombrado arzobispo de Toledo, que ordenaría de diácono a san Ildefonso que fue su sucesor. Negoció delicadamente con Sisebuto la ardua cuestión que planteaba la convivencia de judíos y cristianos, fuente diaria de conflictos religiosos y de desorden social.
San Braulio (+651 con 61 años), obispo de Zaragoza al menos 25 años, asistió a los concilios V y VI de Toledo donde se decidió que el rey se elegiría por los obispos y magnates de entre los nobles godos.
Los ostrogodos fueron asimilados por los hunos. En 451 se unieron a Atila para conquistar la Galia y compartieron derrota en la batalla de los Campos Cataláunicos. Con la retirada al este de los invasores, los ostrogodos se asentaron en Panonia, actual Hungría, al este de Austria y al norte de Croacia, Eslovenia y Serbia. Con Teodorico, elegido rey en 471, invadió Italia. La cultura romana les influyó notablemente.
En 555 los bizantinos desmontaron el reino ostrogodo itálico y posteriormente fueron asimilados por los diversos invasores de la península itálica: alanos, vándalos, francos, burgundios, etc.
San Nicetas (+370), hijo de godos cristianos a los que perseguía Atanarico, fue quemado vivo a orillas del Danubio, hoy Serbia-Montenegro. San Gregorio Magno cuenta en sus “Diálogos” que Totila, rey de los invasores ostrogodos, condenó a san Cerbonio, obispo de Populonia, la Toscana (+575) a enfrentarse con un oso que, en vez de atacarlo, le lamió mansamente los pies. Cerbonio, como Régulo y otros muchos obispos africanos, habían sido desterrados y se refugiaron en Italia.
Puede ser que el motivo de su expansionismo fuera el que los reyes cada vez eran más autoritarios y las gentes buscaban libertad. Puede ser que a los civilizados europeos les interesasen mucho sus pieles y el marfil de los colmillos de focas.
Vivían la esclavitud los cuales, a diferencia de los siervos, no poseían derecho alguno. Las mujeres podían raptarse para el matrimonio; existía el divorcio y, si había hijos por medio, él se quedaba con el caballo, su arma y poco más. Las mujeres comandaban y tripulaban muchas naves vikingas. San Fintano (+878), joven irlandés capturado por los vikingos y vendido como esclavo; pudo huir y recalar en la costa escocesa de Caithness. Luego se hizo benedictino eremita.
La religión de los vikingos tenía tres dioses: Odín, Wotan para los germanos, es el dios supremo, representado como guerrero con lanza, el ojo izquierdo hueco, flanqueado por dos cuervos -Hugin (pensamiento) y Mugin (memoria)- y dos lobos –Geri y Freki-, y un corcel - Sleipnir- de 8 patas. Ayudantes suyo y portadoras de la victoria son las valkirias. El segundo dios es Thor, hijo de Odín, dios del trueno, que adoran los campesinos y la gente llana. Es protector de la humanidad y enemigo de los gigantes y trholls que viven en lugares inhóspitos y son enemigos de los hombres.
Freyr es el tercer dios, el de la fertilidad y de la naturaleza, gemelo de Freyja y son de otra familia divina distinta a la de los otros dos dioses.
Los mitos nórdicos fueron admirados por los nazi. Durante la década de los sesenta ha revivido el paganismo vikingo como -tras la revolución cultural del 68- se han promovido los demás paganismos de aquí y allá.
Los hunos
Era un pueblo de pastores nómadas que invadió Europa de este a oeste desde el 370, creando un imperio que duró 80 años. Se identifican como hunos los heftalitas que invadieron Irán (antes Persia) y la India en los siglos V y VI, y los hiung-un que acosaron China. En 350 cruzaron el Volga, se echaron sobre los alanos que vivían entre el Volga y el Don, sobre los ostrogodos (entre el Don y el Dniester), sobre los visigodos de la Dacia y forzaron los límites del Imperio romano en el Danubio.
Pactaron con Roma, contra la opinión de los germanos, y en 432 tenían (por primera vez) un caudillo, Rua o Rugila que, muerto dos años después, fue sucedido por sus dos sobrinos, Bleda y Atila. Atila fue el jefe 19 años (434 a 453), único desde 445 cuando mató a su hermano y se hizo autócrata. Era llamado “el flagelo de Dios”, es el Etzel de la leyenda de los nibelungos, y el Atli de las sagas islandesas.
De Constantinopla recibían 700 libras de oro anuales (unos 300 kgr). Cuando Atila conquistó Filipópolis y puso rumbo a Galipolis, impuso una paz que incluía el pago de los atrasos y su mora (1.800 kgr de oro) y triplicando el tributo anual a 650 kgr de oro.
Una vez devastados los Balcanes y Grecia, en 451 entró en la Galia. Cuando algunos identificaban a Atila con el “anticristo”, san Severino, agustino, patrono de Viena y Baviera (+482), entendió que la fuerza de esos jóvenes pueblos bárbaros era imparable y la decadente sociedad romana recuperaría con ellos el vigor. Mientras tanto las orillas del Danubio (Noricum Ripense) eran sacudidas por terribles embestidas de los hunos que sembraban la desolación y la ruina; venían a expoliar la riqueza, el poder y la cultura de Europa. Severino era venerado incluso por los reyes bárbaros.
Santa Úrsula, la patrona de jóvenes y colegialas, es una virgen mártir en Colonia en 383 con otras muchas. Según algunas leyendas, para posponer la boda acordada con un príncipe pagano, abordó un barco para ir de peregrinación a Roma. En Colonia, ella y sus doncellas (entre doce y mil) fueron atacadas por los hunos y asesinadas por rechazar el matrimonio con Atila y los suyos. Una lápida de Colonia dice que fueron martirizadas 11.000 doncellas.
De santa Genoveva, patrona de París (+500 con 80 años) se cuenta que con 30 años alejó a los hunos de Atila (unos cien mil) que querían conquistar la ciudad del Sena (la antigua Lutecia) poniendo a todo el pueblo a rezar; sorprendentemente los hunos cambiaron de rumbo y se dirigieron a Orleáns donde los ejércitos cristianos les vencieron en la batalla de los Campos Cataláunicos. San Aniano o Agnan, obispo de Orleáns (+453), siendo anciano, se entrevistó con Atila y buscó la protección del general romano Aecio para salvar la ciudad.
De san Cameliano, obispo de Troyes, sucesor de san Lupo (+525), se cree que formó parte de la legación que visitó a Atila con su antecesor en 451.Y fue quien acogió a sta Genoveva, que pedía alimentos para París que padecía una gran hambruna. San Geroncio, obispo de Milán (+472), designado por san Eusebio sucesor suyo, reconstruyó la ciudad asolada por Atila.
Los hunos habían aprendido de los chinos a usar estribos en sus caballos. Cubrían su cuerpo con pieles y se alimentaban de raíces y de la caza. De su religión se conoce poco; adoraban al caballo y poco más: los romanos les consideraban subhumanos pues carecían de dioses y de moral, no creían en otra vida que no fuera la terrena aunque tenían chamanes o brujos. Al principio cremaban sus muertos pero luego acabaron inhumándolos. Practicaban la poliandria y la poligamia. Un historiador romano, Amiano Marcelino, dejó escrito: “Son seres imberbes, musculosos, salvajes, extraordinariamente resistentes al frío, al hambre y la sed, desfigurados por los ritos de deformación craneana y de circuncisión que practicaban, e ignorantes del fuego, de la cocina y de la vivienda”.
Los godos
Fue el primer pueblo germano convertido al cristianismo. Del siglo III al VI fue la potencia europea cuando se desintegró el Imperio romano. Se tiene que bajaron de Suecia cruzando el mar Báltico por la cuenca del río Vístula llegando al mar Negro. En 267-268 tomaron y saquearon Atenas. Al llegar los hunos se dividieron en ostrogodos en la actual Ucrania y Bielorrusia y visigodos hacia la zona occidental.
Los visigodos pudieron asentarse en su retaguardia en la Mesia, al sur del Danubio con el permiso del emperador romano oriental Valente. A los dos años se enfrentaron a los romanos y Valente murió en la batalla. Animados, se fueron a por Constantinopla. El sucesor de Valente, Teodosio I, firmó la paz y los incorporó al ejército imperial. Ya pudieron andar como Pedro por su casa. El obispo godo Ulfilas tradujo la Biblia al gótico y allanó el camino a la herejía cristiana del arrianismo.
En 410 saquearon Roma con Alarico que no pudo ser detenido –como Atila- por el papa san León Magno. Mientras tanto, san Honorato, el obispo de Arlés, fundaba el monasterio de la isla de Lerins, frente a Cannes, que durante siglos dió muchos obispos y santos.
Constantino había edificado en Roma una iglesia dedicada a Marcelino y Pedro, mártires, en donde quiso enterrar a su madre santa Elena y fue destruida por los godos. El papa Virgilio la restauró y los introdujo en la plegaria I para eterna memoria suya.
San Benito (+547 con 67 años) estudió en la Roma decadente de los godos y del naciente poder de los papas. Asqueado, se retiró a los montes Abruzos, a 50 km al este de Roma. Luego en Montecasino, entre Roma y Nápoles.
Ese mismo año, Ataulfo, sucesor de Atila, cruzó los Pirineos y penetró en Hispania. Dueños y señores de las Galias e Hispania, tenían su capital en Toulouse. Con Eurico (466-484), el imperio visigodo llegaba al oeste del Rhin y al sur del Loira. Eurico se declaró independiente de Roma y sin embargo organizó a su pueblo tomando muchos elementos de la civilización romana y promulgó un código legal mezclando el Derecho romano y el germano.
La poderosa nobleza visigoda impidió una monarquía hereditaria; el monarca se elegía.
Santa Melania “la anciana” (+410), la abuela paterna de Melania "la joven", se estableció en Tierra Santa huyendo de Italia ante la invasión de los godos. Por su carácter no siempre agradable, las relaciones con su encantadora nieta fueron a veces difíciles.
San Volusiano, obispo de Tours (+498), era muy rico, militar, casado con una mujer difícil y fue elegido obispo. Fue desterrado por los visigodos al ser acusado de colaborar con los francos. El reino visigodo de Toulouse desapareció tras la victoria del franco Clodoveo I en 507 en la batalla de Vouillé. San Quintiano (+525), obispo africano que huyó de los vándalos a las Galias, fue obispo de Rodez pero los visigodos, arrianos, a su vez lo expulsaron y ejerció entre los auvernios.
El reino visigodo, reducido a la península ibérica, tuvo en Toledo su capital. Eran cristianos arrianos y, tras aceptar por políticamente correcta la declaración del Concilio de Toledo y denominarse católicos, desaparecen en 711 con la muerte del último rey Rodrigo en la batalla de Guadalete (mejor Barbate) a manos musulmanas.
San Eladio (+632), de familia vinculada a la corte de los reyes godos, fue administrador de las finanzas del rey. Luego descubrió su vocación y se hizo monje. Siendo abad fue nombrado arzobispo de Toledo, que ordenaría de diácono a san Ildefonso que fue su sucesor. Negoció delicadamente con Sisebuto la ardua cuestión que planteaba la convivencia de judíos y cristianos, fuente diaria de conflictos religiosos y de desorden social.
San Braulio (+651 con 61 años), obispo de Zaragoza al menos 25 años, asistió a los concilios V y VI de Toledo donde se decidió que el rey se elegiría por los obispos y magnates de entre los nobles godos.
Los ostrogodos fueron asimilados por los hunos. En 451 se unieron a Atila para conquistar la Galia y compartieron derrota en la batalla de los Campos Cataláunicos. Con la retirada al este de los invasores, los ostrogodos se asentaron en Panonia, actual Hungría, al este de Austria y al norte de Croacia, Eslovenia y Serbia. Con Teodorico, elegido rey en 471, invadió Italia. La cultura romana les influyó notablemente.
En 555 los bizantinos desmontaron el reino ostrogodo itálico y posteriormente fueron asimilados por los diversos invasores de la península itálica: alanos, vándalos, francos, burgundios, etc.
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