Homo sapiens y neandertales

Se rompen esquemas

Tras las últimas investigaciones, una vez más, hay que ir rompiendo los esquemas de antes pues ya no se admite que la evolución humana pueda representarse por un árbol de cuyo tronco emergen diferentes ramas separadas con nitidez. Parece que las ramas se entrecruzan y la cosa es más compleja de lo que parecía.

homo sapiens

El Nature de mañana, visto en la red, y comentado en La Vanguardia de hoy (18-II-2016) en una colaboración de Josep Corbella y otros, leo la recién supuesta teoría de que el homo sapiens y el neandertal se aparearon repetidas veces a lo largo de unos 100 mil años y no de 40 ó 60 como se creía hasta ahora. Esa es la opinión de Sergi Castellano, del Instituto alemán Max Planck de Antropología evolutiva de Leipzig.

La pieza clave es una falange de un dedo de un pie de una neandertal encontrado en una cueva del macizo de Altai, que sube hasta 4.500 mts, y se ubica entre Rusia, China, Kazajistán y Mongolia; en donde nacen los ríos Obi y Yenisei. El macizo, que se castellaniza como “montañas doradas” y en lengua mongol “montañas de oro”, en 1998 fue declarado por la UNESCO Patrimonio de la Humanidad. Los resultados del análisis genético demuestran que esa mujer ya tenía extensas regiones del genoma del sapiens.

Llama la atención científica que la mayor parte de los genes del sapiens de esa mujer de Altai no se encuentran en los neandertales recientes. O sea que se supone que el neandertal siberiano se extinguió en el este asiático sin que su ADN llegara a los neandertales occidentales.

homo neandertal

Sapiens y neandertal se intercambiaron genéticamente hace probablemente unos 100/200 mil años en Oriente medio por donde sapiens emigró de África como prueba su ADN.

Según los datos que transmite Tomàs Marquès-Bonet, coautor del artículo de Nature, investigador en el Institut de Biologia evolutiva, sapiens y neandertal se separaron hace unos 500/600 mil años probablemente en algún lugar de África.

El sapiens se quedó una temporada evolucionando en África mientras que el neandertal emigraba a Eurasia.

La evolución humana parece compleja con las ramas entrecruzadas por el intercambio genético que podría haberse dado también con especies anteriores, incluso entre australopitecus.

Se tiene por sapiens al homínido con caracteres anatómicos como los nuestros. Es la especie que aún hoy perdura sobre el planeta ya que las otras (neandertal o floresiensis) se extinguieron hace un tiempo.

El neandertal habitó en Europa y en Asia occidental entre 230 mil hasta 23 mil años y convivió con el de Cromagnon.

Desde siempre me ha picado la curiosidad intelectual el entender sobre todo el versículo bíblico de Génesis, 6, 4, porque dice que no había una única especie en tiempos de Noé y del diluvio.

        «Los nefilim existían en la tierra por aquel entonces (y también después), cuando los hijos de Dios se unían a las hijas de los hombres y ellas les daban hijos: estos fueron los héroes de la antigüedad, hombres famosos».

Nefilim es como se llama a aquellos hombres que eran gigantes pero no creo que sean los fenicios, el pueblo de Goliat, a quienes los israelitas, cuando llegaron a la tierra de Canaán, conocían como los hijos de Anac. Los nefilim de tiempos de Noé fueron exterminados con el diluvio y los de Goliat fueron aniquilados por Josué y sus chicos judíos.

Cuesta admitir que “los hijos de Dios” eran ángeles caídos (demonios) por pecadores y malignos. Aunque esos seres son simplemente espirituales y no tienen sexo no hay duda que como los ángeles buenos pueden aparecer humanos. Por ejemplo a Abrahám le visitaron tres ángeles que hicieron noche en su campamento, que cenaron, que no sembraron ninguna duda aunque los ángeles ni comen ni duermen porque carecen de cuerpo material.

Es más fácil aceptar la opinión de quienes dicen que “los hijos de Dios” eran creyentes en Dios y en sus promesas como la que hizo ante Eva de que, de su descendencia, el demonio le intentaría morder en el talón pero ella le aplastaría la cabeza. “las hijas de los hombres” serían mujeres incrédulas, ateas, quizá algunas no solo agnósticas, burlonas y mal encaradas con los creyentes. Nada nuevo bajo el sol.