La
lista de viajes apostólicos del papa polaco Wojtyla se hace “interminable”
(larguísima) pues tuvo un largo pontificado, desde octubre de 1978 a abril de
2005, el 2º en la historia de la Iglesia y del papado. En ellos realizó 104
viajes apostólicos visitando 129 países y en todos los que pudo pidió perdón
por los pecados de los cristianos cometidos en la historia, tanto con personas
concretas como con grupos o etnias enteras.
En abril de 1987, 31 años
antes que Francisco, visitó apostólicamente Chile, donde se le
recrimina que diera sin más la comunión al dictador Pinochet en una Eucaristía
multitudinaria. En ese viaje ya estuvo en Temuco, la capital de la Araucanía.
Allí se encontró con los pobladores de la periferia y de los barrios más pobres
de la capital Santiago de Chile. Luego en Temuco saludó a los campesinos y
mapuches en la explanada del Santuario de Maipú o Basílica de nuestra Señora
del Carmen, y en la Liturgia de la Palabra, dijo, entre otras cosas:
Mapuches |
El Papa, hoy desde Temuco, alienta a los mapuches a que conserven con sano
orgullo la cultura de su pueblo: las tradiciones y costumbres, el idioma y los
valores propios.
Al defender vuestra identidad, no sólo ejercéis un derecho, sino
que cumplís también un deber: el deber de transmitir vuestra cultura a las
generaciones venideras, enriqueciendo, de este modo, a toda la nación chilena,
con vuestros valores bien conocidos: el amor a la tierra, el indómito amor a la
libertad, la unidad de vuestras familias.
En Cuilapam |
La actividad que principalmente os ocupa, la misma que realizan
millones de hombres de todo el mundo y la mayor parte de los habitantes de la Araucanía: el trabajo del campo. Vuestro
trabajo, como he querido poner de relieve en otras ocasiones, es un quehacer
noble y que ennoblece, pues os lleva a colaborar con Dios creador y a servir a
los demás hombres. En efecto, con vuestra habilidad y esfuerzo continuáis la
obra de la creación, haciendo que la tierra produzca los frutos que servirán de
alimento a los hombres, a vuestras familias y a la comunidad.
Sin embargo, no es infrecuente que la sociedad no haga patente su
reconocimiento a la dignidad de vuestro esfuerzo, ya que, mientras privilegia
otros tipos de actividad laboral, no remunera suficientemente la vuestra. Como
he afirmado en mi Encíclica sobre el trabajo, es preciso “volver a dar a la
agricultura –y a los hombres del campo– el justo valor como base de una sana economía, en
el conjunto del desarrollo de la comunidad social” (Laborem Exercens,
21) ».
El 13-X-1992
en Santo Domingo, en la Nunciatura,
ante representantes de varias etnias indígenas del continente celebrando el V
centenario de la evangelización del “nuevo mundo”, hizo un saludo muy breve y
les entregó un Mensaje de paz.
Sois continuadores de los pueblos tupiguaraní, aymara, maya, quechua, chibcha, nahuatl, mixteco, araucano, yanomani, guajiro, inuit, apaches y tantísimos otros que han sido creadores de gloriosas culturas, como la azteca, maya, inca. Vuestros valores ancestrales y vuestra visión de la vida, que reconoce la sacralidad del ser humano y del mundo, os llevaron, gracias al Evangelio, a abrir el corazón a Jesús, que es “el Camino, la Verdad y la Vida” (Jn 14, 6).
la Iglesia católica, fiel al Espíritu de Cristo, fue defensora
infatigable de los indios, protectora de los valores que había en sus
culturas, promotora de humanidad frente a los abusos de colonizadores a veces
sin escrúpulos, que no supieron ver en los indígenas a hermanos e hijos del
mismo Padre Dios.
La denuncia de las injusticias y atropellos, hecha por Bartolomé de Las Casas, Antonio de Montesinos, Vasco de Quiroga, José de Anchieta, Manuel de Nóbrega, Pedro de Córdoba, Bartolomé de Olmedo, Juan del Valle y tantos otros, fue como un clamor que propició una legislación inspirada en el reconocimiento del valor sagrado de la persona y, a la vez, testimonio profético contra los abusos cometidos en la época de la colonización.
La denuncia de las injusticias y atropellos, hecha por Bartolomé de Las Casas, Antonio de Montesinos, Vasco de Quiroga, José de Anchieta, Manuel de Nóbrega, Pedro de Córdoba, Bartolomé de Olmedo, Juan del Valle y tantos otros, fue como un clamor que propició una legislación inspirada en el reconocimiento del valor sagrado de la persona y, a la vez, testimonio profético contra los abusos cometidos en la época de la colonización.
Aztecas |
En Ayacucho, Perú |
En su homilía, el Pontífice abordó la cuestión de la dignidad
del trabajo y de la responsabilidad del hombre hacia la naturaleza, "que
Dios le ha confiado". El problema de la desertización y de la eliminación
de los bosques y su sustitución por tierra de cultivo para el desarrollo
ganadero afecta también a la isla de Madagascar.
Era la 5ª gira africana del papa polaco en la que fue a
Madagascar, Malaui y Zambia.
En
la Jornada del perdón, dentro de los actos del Gran Jubileo del 2000, era 12 de
marzo, públicamente como Sucesor de Pedro y jefe de la Iglesia, pidió perdón
por las aberraciones y pecados cristianos cometido en la historia con las
cruzadas, la inquisición, la discriminación de las mujeres y el genocidio
también cultural con las diversas etnias del planeta.
Mayo
1980 Zaire, Congo, Kenia, Ghana, Burkina y Costa Marfil.
Febr.
1981 Pakistán, Filipinas, Guam y Japón.
Feb
1982 Nigeria, Benín, Gabón y Guinea ecuatorial.
May
1984 Papúa-Nueva Guinea, islas Salomon y Tailandia.
Febr.
1986 India,
Dic
1986 Nueva Zelanda. Etc., etc., etc.
Antes de ser papa, al arzobispo de Cracovia y cardenal, había recorrido el planeta para conocer a las etnias del mundo entero.
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